
En un país cargado de diferencias, la lectura es un buen vehículo para construir una verdadera identidad y ser realmente una nación. Juan Yangali Quintanilla, jefe institucional de la Biblioteca Nacional del Perú, ha regresado de los más alto de nuestro territorio, logró levantar una biblioteca en el ‘techo del mundo’ y esa experiencia lo ha marcado. Es un buen inicio de una charla que analiza a una población que tiene urgencias, donde lo cultural no debe quedar de lado.
Juan, ¿el quechua debe dictarse en las escuelas públicas?
Sí, estoy de acuerdo con esa posición.
¿Se están creando obras en el idioma ancestral?
Y muy buenas, pero no tienen acceso a las grandes editoriales.
¿Hay obras traducidas?
Por supuesto y es lo que hemos llevado en nuestra última inauguración que les voy a describir.
Antes, ¿Cuántos libros ‘consumen’ los peruanos?
Menos de 2 libros al año por persona, mientras en Colombia más de 4 y en Chile 5.
¿El plan lector no funciona?
Se creó el 2003 y no se ha tenido una renovación o un nuevo giro.
Desde tu lugar, ¿apoyas a los escritores?
Hemos firmado un convenio para nosotros editar sus obras y que luego el Ministerio de Educación lo imprima. Ellos tienen una imprenta muy moderna.
Algo más, ¿ustedes impulsan las bibliotecas escolares?
No es competencia de nosotros sino del MINEDU.
¿Y las bibliotecas distritales?
Quienes deben invertir son los alcaldes. Ellos por ley tienen la competencia de hacerlo. Deciden la construcción del local y nosotros podemos ayudar a implementar.
¿Lo hacen?
En su gran mayoría, no. De 1700 municipios distritales, solo 400 tienen una biblioteca.
¿Por qué?
No hay un interés real, salvo excepciones, y recién en épocas electorales le dan cierta importancia al tema.
¿Eres lector?
Sí y estudié Literatura en la Universidad Mayor de San Marcos.
¿Hueles el libro antes de leerlo?
Sí y me gusta tocar el ejemplar y revisar cada página.
¿Has publicado?
Cuatro libros, también he sido reconocido en los ‘Juegos Florales’ de la Universidad y en el Premio Copé.

Eres de la generación que llevaba un ejemplar bajo el brazo
Antes de estudiar literatura, hice una carrera en SENATI y fue obrero en una fábrica textil. Iba con mi libro, pero la seguridad tenía la orden de no dejar entra ni obras o periódicos a la empresa.
¿Comprador del jirón Amazonas?
Siempre iba a buscar libros muy baratos y encontraba verdaderas joyas, hasta hoy.
Ahora que me cuentas tu pasión por la literatura, cuéntame de lo que vienes haciendo en tu función.
Fuimos a instalar bibliotecas escolares a la comunidad de Huacuyo, en Apurímac, a 5000 metros de altura, y esta semana instalamos la primera biblioteca rural de la BNP en la Comunidad Campesina de Chonta, en Huancavelica, una zona de altura y friaje.
Eso sí es un logro
Necesitamos más bibliotecas en el Perú profundo. Antes de instalar la biblioteca hicimos una visita de socialización. Conversamos con la comunidad para saber cómo quieren su local.
¿Cuál fue la respuesta?
Se conversó con dirigentes, profesores, estudiantes, padres de familia y todos coincidían en la importancia de tener un local donde llegue la literatura y también libros de ciencia.
¡Han convivido con ellos!
Claro, trabajamos todos en la biblioteca y también hicimos 3 pachamancas en la inauguración.
¿Y qué encuentras en esta biblioteca?
Hemos llevado más de 1500 libros, en castellano, quechua, con publicaciones hechas por autores de la región. También hay literatura en braille porque encontramos niños invidentes. Hay computadoras con audiolibros en su lenguaje originaria y hasta en inglés. También hemos instalado calefactores y wifi gratis
¿Y como decoración?
Hay estantería con luces led, pero también mantas y pellejo de carneros. Hemos juntado modernidad y tradición. Los mismos pobladores la han bautizado como ‘Yachaq Sunqu’ (Corazón del saber).
Estás lleno de orgullo
Sí y vamos a seguir en este camino. Queremos que la biblioteca sea realmente nacional, que llegue a todos los rincones del país.
Felicitaciones por eso y como buen lector, nos dejas una sentencia
Un abrazo profundo y queremos convocar a todos a unirse a esta cruzada por más bibliotecas. Quiero parafrasear algo que dijo Einsenhower, que fue presidente de Estados Unidos: ‘La vida del campo se ve fácil cuando el arado es un lápiz y tu escritorio está a mil millas del campo de maíz’.










