
El 4 de noviembre de 1780, hace 245 años, el caudillo indígena José Gabriel Condorcanqui Noguera, conocido como Túpac Amaru II, se levantó en armas contra los abusos de las autoridades españolas en el Virreinato del Perú.
En el pueblo cusqueño de Tinta, capturó, enjuició y ejecutó al corregidor español Antonio de Arriaga, un maltratador de indígenas, al iniciar su rebelión contra la dominación colonial de España.
El 16 de noviembre, Túpac Amaru II decretó la emancipación de los esclavos afroperuanos y africanos, y aunque sitió Cusco con sus tropas se negó a tomar la ciudad.

DESLEALES
Al retirarse, las tropas españolas lo derrotaron en la batalla de Checacupe, el 5 de abril de 1781. Huyó a caballo y cruzó a nado el río Vilcanota hasta el pueblo de Langui, hacia donde el español Ventura Landaeta, uno de sus colaboradores, lo llevó para ‘ponerlo a salvo’.
Allí, el mestizo Francisco Santa Cruz, capitán y compadre de Túpac Amaru II, junto a las lugareñas Juana Portilla y María Rodríguez ayudaron a Ventura Landaeta para retener al caudillo hasta que llegaron las tropas españolas y, el 6 de abril de 1781, lo entregaron a cambio de dinero y ser indultados.
Micaela Bastidas, esposa de Túpac Amaru II, también fue detenida para luego, en Cusco, ser ambos condenados a muerte junto a otros rebeldes.

DATITO
El 17 de mayo de 1781, en la Plaza de Armas del Cusco, intentaron descuartizar vivo a Túpac Amaru II, al atar sus extremidades a cuatro caballos, pero al fracasar lo decapitaron y despedazaron su cuerpo por orden del virrey Agustín de Jáuregui y el visitador español José Antonio de Areche. Antes, los españoles obligaron al líder rebelde a observar las ejecuciones de su esposa Micaela Bastidas y su hijo mayor Hipólito Túpac Amaru.










