La tarde del 21 de mayo el asesinato a balazos de Sabel Evangelista Depaz (57), director y dueño del colegio particular María Montessori, en San Juan de Lurigancho, frente a la institución educativa y ante la atónita mirada de escolares y padres de familia, conmocionó a la ciudadanía. Inicialmente se creyó que habían sido extorsionadores pero luego la Policía estableció que había sido un crimen por encargo y que la autora intelectual era nada menos que su entonces, aún, esposa, Acela Coronel Reátegui (58). Esta, que vivía a salto de mata fue capturada esta mañana por agentes de la Dirincri en Lurigancho-Chosica.
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Aquel día el profesor Sabel Evangelista Depaz (57) abordaba su camioneta en las afueras del colegio, ubicado en la urbanización Mariscal Cáceres, y cuando se acomodaba ante el volante, un sicario apodado ‘Panchito’, de 19 años, se le acercó y, sin mediar palabra, lo mató de dos balazos en el abdomen y otro en la cabeza. Posteriormente el sicario fue capturado a quien se le halló una foto del profesor.
Durante las investigaciones, a cargo de detectives de la Divincri de San Juan de Lurigancho, establecieron que la autora intelectual del asesinato por encargo era Acela Coronel, de quien Sabel Evangelista se estaba divorciando. Él ya tenía otra relación amorosa.
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Los agentes determinaron que Coronel Reátegui y su cuñada María Quintana Bañón planificaron el crimen. Esta última contactó con el sicario Walter Tirado Huerta (19) y este ejecutó el homicidio.
“Mi jefe ‘Gringo’ me ofreció 11 mil soles para asesinar al director del colegio. Me dio la pistola, la foto y la dirección para matarlo. Ese día lo esperé y al verlo salir del colegio, le metí un tiro en la cabeza y me fui. Solo me pagaron 2 mil soles”, confesó en su momento el sicario a los detectives.
Sin embargo, solo eran acusaciones. La Policía buscaba más pruebas hasta que la hija de la principal sospechosa halló un manuscrito que le enviaron a su madre y fue contundente. El sicario le pedía a la mujer “que le pague el resto por la chamba”. Ante esa prueba, la mujer confesó pero no pudo ser detenida porque no era delito flagrante. Desde entonces la viuda pasó a la clandestinidad junto a su cuñada.
La Sexta Fiscalía Provincial Mixta de San Juan de Lurigancho concluyó que el móvil del asesinato había sido la codicia. Sabel Evangelista ya había iniciado su divorcio y Acela Coronel temía perder todo lo que este había conseguido en 20 años: propiedades en San Juan de Lurigancho, en Carapongo y Chosica, y cuentas bancarias por un valor de US$1 millón.
Finalmente, después de cinco años, Acela Coronel fue capturada por agentes de la División de la Policía Judicial y Requisitorias de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) en la zona de Carapongo, en Lurigancho-Chosica. Ella, además, figuraba en la Programa de Recompensas del Ministerio del Interior por quien ofrecían S/15 mil por información de su paradero.
Durante el interrogatorio preliminar la acusada reconoció su participación del homicidio a su exposo además de aceptar que durante cinco años estuvo en la clandestinidad.