Cuando los vecinos de Cieneguilla escuchan el rugido de una moto, saben que Mitchell Rivera está pasando por sus calles empedradas y que está haciendo alguna temeraria pirueta o simplemente, adiestrando a los amantes de la adrenalina.
Este apasionado del motocross, un deporte extremo y solo para valientes, conoció al amor de su vida con quien se casó y tuvo un hijo. Un niño que hoy tiene siete años y está siguiendo el circuito de su padre, junto a aquellos que quieren ‘motear’ en circuitos intensos, donde los montículos de tierra son los cómplices perfectos.
Mitchell, ¿en Lima hay amantes de este deporte?Claro que existen y por montones. Lo que sucede es que no hay una difusión perfecta y mucho menos, el apoyo hacia los fanáticos del motocross . Aprender este deporte es caro y hasta me podría decir que es hasta ‘exclusivo’, pero yo llegué para cambiar esto.
¿Cómo así?Cuando salía a ‘motear’ por Cieneguilla, había muchos chicos que me decían que les enseñe a hacer piruetas y saltar cerros. Ellos me explicaban que no podían aprender, porque era demasiado caro.
¿Entonces decidiste fundar una academia?En realidad busqué un espacio donde se podría ‘cerrear’ (término para hacer motocross ) libremente, donde los motociclistas puedan dar rienda suelta a su imaginación.
No me digas que es un lugar mágico y escondido. (risas) Algo así como el de los cuentos. Sí, está escondido porque su único acceso es subir y bajar cerros. Es un terreno natural, donde la pista tiene gibas de tierra, giros extremos y full adrenalina.
¿Es difícil aprender a montar moto extrema?En realidad, sí. Lo único que no debes tener es miedo, porque al ver el circuito o las piruetas, hay muchas personas que se tiran para atrás. Pero todo es cuestión de práctica.
El único requisito es…Tener buen estado físico y dejar los miedos atrás. Pero sobre todo, saber manejar una moto.
¿Los niños también pueden aprender?Claro, todo es posible. La diferencia es que con ellos, no hacemos circuitos de tierra, solo en asfalto para que se vayan adaptando a la moto. Es como si manejaran su bicicleta y lo disfrutan mucho, incluso mi hijo está aprendiendo a dominar una moto.
En serio…Sí, él es mi hincha número uno y solito me pidió que le enseñe, es más, puedo vaticinar que va a ser mucho mejor que yo. Tiene futuro.
¿Cómo te iniciaste en este deporte?Hasta los doce años practicaba bicicross, pero quería algo más duro y extremo. Dejé los pedales por los aceleradores y hoy a mis 41 años, continúo haciendo lo que me gusta, ‘cerrear’ y enseñar las técnicas de este deporte.
¿Cómo hizo el motocross para que te divorcies del bicicross?Creo que fue el peligro, porque para hacer motocross tienes que ser más valiente y si eres un guerrero, puedes hacerlo. No hay nada imposible.
Es verdad, tienes que ser valiente para todo lo que hagas. Además eso se refleja en los logros que puedas conseguir.Cierto. Hasta el momento no he podido participar en un torneo importante, pero tengo varios premios, de los cuales me siento orgulloso.
¿Cuáles son?Mis fracturas (risas), en verdad, porque cada una de ellas demuestra lo valiente y las ganas que le puse para ser cada día mejor en este deporte, aparte de saber que hay varias personas que comparten esta pasión. Eso me hace feliz.
¿Tu familia también comparte este gusto por la adrenalina?Mi hijo de siete años también es un apasionado de las motos , está aprendiendo y eso me satisface, además tiene al mejor profesor que soy yo (risas). Peros sobre todo mi esposa, la conocí gracias a las motos.
No me digas que fue tu alumna.Al contrario, ella era una espectadora. Sus hermanos venían a aprender trucos y siempre la veía sentada en las gradas, hasta que me decidí enamorarla y sin querer nos casamos y somos muy felices.
¿También sabe manejar motos?Ahora sí, pues cuando éramos enamorados le enseñé.
¿Cómo puede hacer alguien que quiera aprender a ‘cerrear’ y descubrir más del motocross?Fácil, me pueden ubicar en Facebook como CieneguillaMX