‘¡Maldito asesino! ¡Muérete en la cárcel! ¡Pena de muerte para el maldito!’, gritaron los familiares de las víctimas al asesino Óscar Alejandro Medina Jara (26), cuando llegó a la vivienda de San Martín de Porres donde vivía con su conviviente e hija de cinco años. Hasta allí llegó resguardado por las autoridades para realizar la reconstrucción del asesinato de ambas, a quienes luego enterró en el jardín de la casa de su madre, en Huaura.
La mañana de ayer se realizó la diligencia policial en el inmueble del jirón Sáenz Peña y los parientes y vecinos de Luzmila López Herrera (35) y su hija Jimena (5) intentaron golpearlo, pero la policía los controló.
En dicho lugar narró lo que hizo con sus víctimas durante unos minutos y luego, fuertemente custodiado, se dirigió al cruce de la avenida Izaguirre con la Panamericana Norte, donde explicó a los agentes que abordó un colectivo a Huacho.
EL CRIMEN
Agregó que en Huaura, al norte de Lima, tomó otro carro para desplazarse con la mujer y su hija hasta la casa de su madre, en Chacaca. En ese lugar narró con lujo de detalles cómo perpetró el doble crimen.
“La sorprendí por la espalda. Agarré la pita, la doble en dos, me paré detrás de ella, la pasé por encima de su cabeza hasta su cuello y lo ajusté fuerte. Intentó gritar, pero lo apreté más y se quedó callada”, contó con total frialdad.
Añadió que luego hizo lo mismo con su hija. Después las enterró en el jardín y plantó una higuera encima. (Edgar Cirilo /R. La Chira)
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