El boom de las construcciones en Lima ha originado que muchos distritos calificados como residenciales, dejen de serlo, debido a que las autoridades de turno han cambiado la zonificación de algunas zonas para dar paso al crecimiento desordenado del distrito. En la actualidad no es raro ver en zonas exclusivas donde solo había casas abrirse paso a imponentes edificios de más de doce pisos. Un ejemplo claro es La Molina, donde hay cientos de edificios habitacionales.
Esto no solo ha generado el incremento del tráfico vehicular, sino también la restricción del servicio de agua potable. Cansados de esta situación, los vecinos de La Molina realizan diversas protestas, solicitando a las autoridades que detengan la construcción de más predios, sin embargo, hasta la fecha no han tenido respuesta.
SUELO INESTABLE
“En La Molina la edificación de más predios es un riesgo constante, pues el suelo no se presta para ello; y lo dice un estudio técnico del Centro Peruano Japonés Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres CISMID”, precisó Maritza Pickman, una vecina.
Para los vecinos de dicho distrito la solución inmediata sería ya no dar más permisos de construcción y mantener vigilados los edificios en riesgo. Álvaro Paz de la Barra, candidato a la alcaldía de dicho distrito por Acción Popular recogió la clamor popular y en su plan de trabajo establece que no otorgar más licencias de construcción durante 4 años, con la finalidad de concentrarse en los problemas reales, como solucionar el tráfico y abrir nuevas vías que permitan al vecino entrar y salir de La Molina en un tiempo moderado.
“La Molina es un distrito residencial y así tiene que quedarse. Los vecinos piden vivir tranquilos y seguros. Entrar y salir de La Molina es toda una odisea. En hora punta lleva hasta tres horas. Esta situación tiene que cambiar. Vamos a ordenar el distrito y por el momento no más construcciones”, aseguró Álvaro Paz de la Barra.