¡Ni una menos! Después de compartir una cena con su esposa, de quien estaba separado, el suboficial del Ejército en retiro Ricardo Cotrina del Águila (40) la asesinó de un balazo en el rostro, en Santa Anita.
Según la policía, eran las 10 de la noche cuando el feminicida llamó a su hijastra Daniela (18) para preguntar si su cónyuge, Dany Ticona Batallanos (35), había llegado a su casa de la calle 3, Mz. I, en la asociación de vivienda San Carlos.
“Un vecino vio que el hombre estuvo esperando en una esquina de la calle. Al ver que la víctima llegó de trabajar, de inmediato ingresó al edificio aprovechando que una inquilina había dejado la puerta abierta”, explicó un agente.
Agregó que la hija contó que el asesino estaba ebrio y se quedó a comer. “Durante la cena conversó amigablemente con su mujer y la joven se levantó de la mesa para dirigirse a su habitación. Fue en ese momento que escuchó un disparo”, indicó.
“Vi a mi mamá tirada en el piso con una herida en el mentón y él aún tenía su arma en la mano. El disparo y mis gritos alarmaron a los vecinos, que llamaron a la policía”, contó la muchacha a los detectives.
FALLECIÓ EN HOSPITAL
Los agentes acudieron al inmueble y trasladaron a la víctima a un hospital, donde falleció. Mientras tanto, el agresor fue detenido y solo dijo que estuvo manipulando su arma, la cual se disparó casualmente.
Las primeras pesquisas determinaron que el asesino habría matado a su pareja porque se negaba a reanudar su relación, ya que ella hace dos años descubrió su infidelidad.
“La víctima tenía dos hijos de un primer compromiso y otros dos con el feminicida, quien trabajaba de guardaespaldas para un comerciante mayorista. Tenía permiso para portar armas”, explicó un perito.
La madre asesinada laboraba como empleada doméstica y lavando ropa. Hace un año puso una denuncia a su esposo por abandono de hogar y falta de apoyo económico para la estabilidad de la familia.
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