Cada año muchas mujeres pasan a engrosar las huestes del narcotráfico: algunas por obligación, otras por necesidad y unas cuantas por puro placer. Espionaje a militares y sicariato son solo algunas de las ilícitas actividades que practican a menudo los que pertenecen a este bajo mundo, donde la vida no la tienen comprada y dos cosas tienen seguro como destino: la cárcel o la muerte.
Es aquí donde entra a tallar Juana alias ‘La Peque’, una mujer que desde temprana edad formo parte del temible cartel de ‘Los Zetas’ y cuya historia ha sorprendido en México ya que presume de haber tenido relaciones con las personas que decapitaba la organización criminal y que después bebía su sangre.
En este relato, ‘La Peque’ narra las distintas estaciones por las que ha transitado y que la han conducido de la libertad al encierro carcelario; de ser una trabajadora sexual del cartel al ‘halconeo’, término que emplean en el argot del crimen organizado para las tareas de contraespionaje de militares y policías.
Su trabajo de ‘halcona’ consistía en vigilar las carreteras ocho horas corridas, para reportar si pasaban patrullas. Si no cumplía bien su trabajo, la castigaban amarrándola hasta una semana, dándole de comer solo una vez al día.
Acompañando a criminales, ‘La Peque’ tenía la tarea de anestesiar y cortar las orejas de las personas a las que secuestraba este grupo criminal. Una vez contó que le tocó ver cómo le rompieron el cráneo a un hombre con una comba. Sin embargo, llegó a habituarse a la sangre e incluso, a deleitarse con ella.
La parte más escalofriante de su testimonio es la confesión de sus prácticas necrófilas a las que se aficionó. Y es que la mujer reveló que llegó a sentir deleite por la sangre, bañándose en ella luego de asesinar a su víctima e incluso la bebía estando caliente.
Rodeada de crímenes se volvió tan insensible, que se le señala por haber tenido sexo con los cadáveres de los decapitados. Las autoridades aseguran que usaba las cabezas cercenadas como el resto del cuerpo para darse placer ella misma.
Antes de ingresar al cartel, ‘Los Zetas’ mataron a su hermano, pero se vio obligada a colaborar con ellos. Llegó a ser mano derecha de algunos de los integrantes de la célula criminal y era la encargada de las decapitaciones y mutilaciones corporales.
Actualmente ‘La Peque’ se encuentra recluida en uno de los Centros de Reinserción Social de Baja California y se encuentra a la espera de sentencia.
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