
Siempre está midiendo, cortando o trazando planchas galvanizadas. Es un trabajo duro y difícil, y más para una mujer que se ha hecho cargo de un negocio dedicado a la fabricación de productos metálicos. Se trata de la arequipeña Mercedes Esquía, a quien sus amigos llaman cariñosamente Mechita, y que hoy todos conocen como “La Dama de Acero”.

La historia de Mechita no empezó en un taller de metalmecánica, sino en un espacio dedicado a las cortes y confecciones. De joven, estudió alta costura y diseño de modas, trabajó haciendo vestidos y soñaba con brillar en ese mundo. Pero la necesidad y las ganas de sacar adelante a sus hijos la llevaron a dar un giro inesperado: cambió la aguja y las telas por la soldadora.
Con empuje y sin miedo, aprendió a manejar máquinas de corte láser, doblado y soldadura. Hoy dirige su propia empresa, GIAM SAC, donde fabrica lavaderos, mesas, barandas, estructuras para hospitales y restaurantes, además de trabajos a medida. Todo con acero inoxidable reciclable, material que ella misma garantiza. “Si un producto se oxida, no es buen acero. Yo me aseguro de que el cliente reciba lo mejor”, asegura con orgullo.

Pero detrás de cada corte y cada soldadura está su mayor motor: sus hijos. “Trabajo duro por ellos. Quiero demostrar que las mujeres también podemos dirigir un taller y salir adelante”, dice segura. Clientes y vecinos la admiran porque no se rinde y cumple siempre con su chamba. En un rubro dominado por hombres, Mechita se ha ganado respeto con calidad, puntualidad y carácter. “No hay trabajo imposible si uno se lo propone”, comenta.

Sepa que:
+ Mechita cuenta que, en sus ratos libres, se anima a dibujar algunos bocetos de vestidos. “La vida me llevó a trabajar en un taller, pero nunca me olvido de mi pasión por la costura”, contó.
+ Puedes conocer más sobre su trabajo, visitando su cuenta de Facebook: Giam Sac








