McDonald’s reabrió este martes parcialmente sus locales en el Perú nueve días después de la muerte de una pareja de jóvenes trabajadores, quienes fallecieron electrocutados cuando manipulaban una máquina de bebidas aparentemente mal aislada.
La multinacional estadounidense de comida rápida reanudó sus ventas en un restaurante ubicado en el norte de Lima y en una serie de puestos ubicados en centros comerciales de gran afluencia durante estas fiestas navideñas, según informó a EFE una fuente de la empresa.
Aunque la cadena de hamburguesas anunció en un comunicado el lunes 16 de diciembre que cerraría por dos días todos sus locales en Perú en señal de duelo, esa clausura se prolongó hasta esta semana.
Entre los locales que permanecen cerrados está el restaurante donde ocurrieron las muertes, ubicado en el distrito limeño de Pueblo Libre, en el que continúan las investigaciones y las inspecciones de la autoridad estatal de trabajo.
También sigue sin actividad el restaurante del Óvalo de Miraflores, en pleno centro del principal distrito turística de Lima, que en condiciones normales abre las 24 horas del día.
Frente a este establecimiento se han realizado varias protestas en los últimos días, mientras que en su interior se podía apreciar a sus trabajadores realizando una profunda limpieza al recinto y a los equipos.
Sueldo de US$ 1.40 por hora
Las muertes ocurrieron en la madrugada del pasado domingo 15 de diciembre, cuando recibieron una gran descarga eléctrica mientras limpiaban la máquina expendedora de bebidas, según las primeras hipótesis de la investigación.
Las dos víctimas son Carlos Campos y Alexandra Porras, una pareja de estudiantes de 19 y 18 años, respectivamente, que trabajaban juntos en el mismo local de McDonald’s desde hacía unos tres meses y a media jornada, pero con horarios cambiantes y un salario de unos S/ 4.65 (US$ 1.40) por hora en el caso de la adolescente.
Encargados conocían avería en máquina
La franquicia de McDonald’s en Perú, al igual que para gran parte de Latinoamérica, está en manos de la empresa Arcos Dorados, cuyo director general en el país, José Carlos Andrade, reconoció que los superiores de las víctimas sabían desde el día anterior que la máquina causante de las muertes presentaba problemas.
El ejecutivo admitió que el problema no fue reportado para su debida reparación y que los jóvenes trabajadores continuaron operando la máquina.
Además, según las imágenes difundidas en medios locales, los trabajadores hacían la limpieza del local sin elementos de seguridad como guantes o botas aislantes.
Gobierno acorta investigación
El caso continúa bajo investigación por parte de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil), que puede imponer a la multinacional una multa de hasta S/ 198,000 (unos US$ 59,700), si determina que la empresa incumplió sus obligaciones de seguridad laboral.
A raíz de esta nueva tragedia laboral en Perú, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) redujo este martes de 30 a 10 días el plazo máximo de investigación por parte de la Sunafil para accidentes laborales con víctimas mortales.
La investigación penal está a cargo de la 35 Fiscalía Provincial Penal de Lima, que tiene un plazo de 50 días para encontrar a los responsables de un presunto delito de homicidio, pero la abogada de la adolescente fallecida pretende también que se investigue por el delito de atentado contra la vida de los trabajadores.