Las carreteras de nuestro país son el camino constante de María Cruz, la ‘reina trailera del Perú’. Ella va al volante de tremendos vehículos y, manteniendo su encanto femenino y espíritu emprendedor, tiene más de 260 mil seguidores en TikTok. Trome la encontró alistándose para subir a un tráiler y en entrevista nos cuenta detalles de su historia de esfuerzo y superación.
“Soy de las alturas del caserío La Florida, distrito de Pampamarca en la provincia de Yarowilca, Huánuco. Vine a Lima muy chica, trabajé en todo lo que pude, y siempre quise manejar”, nos dijo María Cruz, quien recibirá un reconocimiento en el Día del Camionero Peruano que se está celebrando hasta este domingo en la Costa Verde de Magdalena.
En el ‘mundo de las ruedas’, cuenta que su incursión fue por necesidad. “Empecé con un ‘torito’ moto para trabajar y he manejado microbuses, también furgonetas hasta que ahora llevo algunos años haciendo viajes desde Lima, Arequipa y a veces Tacna llevando tráiler de hasta 22 metros, semi-tráiler y cisternas hacia minas como Las Bambas y Cerro Verde”, contó a Trome.
En su ruta hay subidas, bajadas, trochas, curvas, ‘pero en la empresa en que trabajo los carros son modernos’, comenta, y que mientras conduce escucha a Dina Páucar, Alicia Delgado, Gisela Lavado, Los Shapis, Invasores de Progreso…
“También me gusta cantar. Yo misma compuse mis huaynitos a base de dolor y estoy aprendiendo a tocar el arpa”, nos dijo María Cruz. Pero su camino no ha estado ajeno a obstáculos y duros momentos.
Tras una infancia dura en la que no podía caminar y le impidió ir al colegio. “Me arrastraba, jugaba con piedras y troncos de madera que jalaba con pita, haciendo túneles en la tierra y viendo pasar a los tráileres. Así nació mi sueño de ser camionera. Pero no había ni postas, mi madre caminaba duro para conseguir terapias y por eso no pude ir de niña al colegio. Recién casi a los diez años se logró que pueda caminar y mi mamá falleció dando a luz a mi último hermano”.
María señala que ‘el dolor le hizo crecer’. Siendo huérfana de madre y con el dinero que no alcanzaba en su hogar, vino a Lima y trabajó en casas y en chacras en Huaral.
“No fue fácil, dormí en parques, lloraba. Conocí a un chico que es el papá de mis niñas. Reconozco que fue mi apoyo en esos años, me ayudó, me dio el cariño que me faltaba en ese momento; pero nuestro proyecto de vida era diferente y nos separamos, aunque él sigue siendo responsable con sus hijas. Yo me decidí a terminar el colegio estudiando en sistema acelerado”.
María cuenta que trabajó como mototaxista en Ventanilla, luego sacó licencia para manejar camioncito y microbús. “Ahí empecé como cobradora, luego de un tiempo un amigo me consiguió un micro antiguo y empecé a manejar, pero se malograba. Hasta que conseguí empleo en una empresa de transporte de carga y allí manejaba furgones llevando cocinas y refrigeradoras para supermercados”.
Juntó su platita para inicial de un carro y empezó a ‘hacer taxi’. Hasta que llegó la pandemia y tuvo que regresar a su tierra. Allá manejó microbús. “Después de un año saqué licencia A3C para camión y tráiler, pero tenía miedo de no conseguir dónde trabajar”, recuerda María Cruz.
Hasta que en el Callao una empresa la contrató para manejar semitráiler y llevar contenedores y después otra empresa donde ahora trabaja realizando servicio hacia minas.
“Pasé exámenes de retroceso, punto ciego, plataforma, bombona, para maniobrar. Son vehículos grandes y también tengo compañeras que manejan. Deseo que muchas mujeres más estarán en este campo. La peruana es luchadora, trabajadora y merecemos oportunidades”.
“Me gusta mi trabajo. Al inicio me decían ‘que haces acá’, ‘esto es de hombres’, pero ahora me reconocen, me dicen ‘¡llegó la reina trailera!’, varios me piden fotos, videos y también les canto”, señala la joven madre huanuqueña.
Además, logró comprar su terreno. “Y con esfuerzo levanté mi casita prefabricada en Huaura. Así mis hijas ya están conmigo. Ellas son mi mayor fuerza, mi motor y motivo. Solo le pido a Dios que me guarde y cuide a mis hijas”, afirmó.
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