A propósito del reciente lanzamiento de su libro ‘Casi Bicentenarios’, conversamos con Marco Sifuentes, periodista peruano radicado en España, sobre el remezón que significó el destape del vergonzoso caso ‘Vacunagate’, las consecuencias políticas y sociales en nuestro país y su impacto en el mundo.
Marco, ¿cómo entender o comparar la dimensión del caso ‘Vacunagate’?
Yo creo que es como la materialización de algo que sabemos que existe, que es la cultura de la vara en el Perú... esta idea de que nadie respeta la cola, en el Perú es francamente impresionante. Tú nunca ves una cola ordenada. Cuando ves una cola ordenada es un éxito, la gente se mira extrañada mirando en qué momento alguien se va a colar.
Recuerdo mucho al inicio de la pandemia, cuando casi todos los países estaban en cuarentena, creo que fue alrededor del ‘Día de la madre’, cuando de pronto en un barrio de Nueva York (Estados Unidos) hubo un problema en una cola. Había una aglomeración rarísima. Y resultó que eran peruanos haciendo cola por el pollo a la brasa. Y yo creo que eso es, en ‘micro’, lo que ha pasado ahora.
Los peruanos estamos, lamentablemente, acostumbrados a que cada uno baile con su pañuelo. ‘El que importa soy yo y el que está a mi lado que se muera’. Y literalmente. Lo que ha pasado con la vacuna es eso: ‘yo importo y que se muera el otro’. Es terrible, son casi 500 personas y recién nos venimos a enterar.
¿Los rumores sobre esta vacunación clandestina desde cuándo sonaban?
Desde setiembre se están vacunando así. Es impresionante. Uno de los primeros vacunados fue a la semana de la llegada del primer lote. O sea, llega el cargamento el 2 de setiembre y el 9 de setiembre ya tienes 15 o 20 vacunados. Es una cosa impresionante. El hecho de que tengas al nuncio apostólico...
¡El ente máximo de la moralidad!
¡Claro! Además, supuestamente, él es como un asesor para que hagan bien las cosas. Lo cual es un doble fracaso. No solamente no pudo enseñarles ética, sino que él tampoco lo tenía.
¿Cómo afecta, social, política y económicamente el caso ‘Vacunagate’ al Perú?
Creo que hay dos golpes bien fuertes. El primero es moral. Hay una sensación de derrota, de desánimo, de que la gente no da más, de que no hay forma de salir adelante. La sensación de la gente es esa. Estamos hablando desde el presidente Vizcarra hasta la ministra, que para muchos era un ejemplo, Pilar Mazzetti ¡hasta su chofer! Además, el cinismo es lo que más duele. El hecho de que Mazzetti haya salido a decir que ella se vacunaba último... Eso es indescriptible, impresionante.
Lo segundo es que puede haber consecuencias muy concretas, que son las relaciones con China. El hecho de que China esté escondiendo una lista de 600 personas potencialmente vacunadas… que se nieguen a dar esa lista, o que no la haya entregado… Y que la premier Violeta Bermúdez haya dicho que no tienen nada que explicar. Claro que el gobierno de Francisco Sagasti se muere de miedo de pelearse con China, porque hay varios lotes de vacunas por entregar.
¿El gobierno chino tiene la obligación de informar a dónde fueron a parar esas 1200 vacunas?
Yo creo que sí. Hay una cosa que la gente tiene que entender, es que esas 3200 dosis que llegaron (en total), llegaron con una autorización, que solo servían para la experimentación, para nada más. Todo el uso extra que se le dio, tanto como vacunar de manera privada, como entregárselo a un país extranjero, son usos ilegales. Están fuera de la autorización que dio la Digemid. Si la embajada ha sido receptora de una entrega ilegal en territorio peruano, es grave.
El Gobierno (del Perú) no puede hacerse de la vista gorda por más que esto implique una pelea. Hay mil formas diplomáticas de pedirle (información) sin que los chinos se ofendan. Primero se tendría que hablar por las buenas.
¿Por qué crees que la embajada china no es transparente con el lote de 1200 vacunas que recibieron?
Hay varios motivos. Uno de ellos es porque China tiene una política poco transparente. Es una política muy agresiva de relaciones exteriores. Que Perú -que es un paisito- lo peche, no lo van a ver bien. Lo otro es que en general, al parecer, esta entrega de vacunas de cortesía de Sinopharm es una política que no solo han empleado con el Perú, sino con Filipinas y Emiratos Árabes, por lo menos. No sabemos si en otros países que han repartido vacunas también hicieron esto.
¿A estas alturas Martín Vizcarra ya debería estar preso?
Esa es una buena pregunta. Creo que, para empezar, Martín Vizcarra no debería recibir un solo voto. En la última entrevista que me hicieron en Trome, dije que Vizcarra iba a terminar preso. Y estoy cada vez más seguro que eso va a ocurrir tarde o temprano.
¿Crees que está tardando demasiado?
La justicia es lenta en Perú. Con [Alejandro] Toledo se demoraron 15 años y al menos ha pasado unas noches preso en Estados Unidos. Eso ya es una reivindicación.
A pesar de todo este destape, hay mucha gente que aún cree y confía en Vizcarra
Yo creo que la política en Perú se ha vuelto en un juego de polarización. O me gusta o no me gusta, y la vida es más compleja que eso. Así como antes la política para muchos se dividía entre fujimoristas y los antifumoristas, eso lamentablemente se ha reemplazado en la cabeza de mucha gente por vizcarristas y antivizcarristas.
Ahora hay tanto políticos ofreciendo tantas cosas, y hay gente que se ha desencantado, que no quiere votar por nadie. Lo que tienen que hacer es votar por alguien, elegir a alguien, pero con cabeza fría.
¿Qué sanción correspondería a todas las personas que se han vacunado de manera irregular?
Creo que cada caso es distinto. Creo que en el caso de los funcionarios públicos, que estuvieron a cargo de las compras, a ellos les correspondería prisión directamente. Ellos sí creo que podrían estar sujetos a una prisión preventiva tranquilamente, porque es un caso casi flagrante.
En el caso de las autoridades de la universidad Cayetano Heredia, no sé si allí cabe prisión, pero como con cualquier otra sustancia que entra ilícitamente a un país, el ‘dealer’ (distribuidor) tiene más responsabilidad. Y la Cayetano fue el ‘dealer’. Las autoridades de la Cayetano fueron los ‘dealers’. Esas sustancias entraron con un fin y se utilizaron con otro fin.
¿Este es un caso que criollamente llamaríamos una ‘aceitada’, un ‘faenón’?
En el caso de los ochos funcionarios que estuvieron negociando con Sinopharm, tiene toda la apariencia de ser una ‘aceitada’ con vacuna.
Marco, ¿por qué cada gobierno es más inmoral que el anterior?
Es difícil hacer un ranking, pero creo que estamos viviendo la hora más oscura de la historia del Perú. Hay más muertos que nunca. Más muertos que con Sendero Luminoso, más muertos que con la guerra con Chile, hay una caída económica que no se veía desde el primer gobierno de Alan García, hay una sensación de angustia, de agobio. Aunque la gente no la tenga muy clara, pero durante la guerra con Chile también hubo una guerra civil, de todos contra todos. La pandemia ha sido un remake de eso. De nuevo, venía un enemigo en común, que era el virus, en vez de unirnos todos, de ser más solidarios, de poner el hombro, ponían el hombro para ellos nomás, para recibir su vacuna.
¿Crees que los candidatos presidenciales se aprovecharán este caso para conseguir votos?
No sé. Casi, casi me parecería inmoral que lo aprovechen. Este es un caso tan doloroso, que no deberían tratar de treparse. Tratar de aprovecharse para colocar sus agendas me parecería inmoral.
ELECCIONES PRESIDENCIALES
Marco, ¿qué opinas de la caída en las encuestas de George Forsyth?
Para mí es difícil hablar de encuestas ahorita, porque se sube y se baja muy poquito. Todos en realidad, en cualquier otra elección, todos los candidatos serían ‘pitufos’. Un candidato con 12 % en cualquier otra elección te daría risa, pero ahora es puntero.
En el caso de Forsyth, tendría que desinflarse con el tiempo. Mientras más lo obliguen a hablar, la gente se dará cuenta que no hay mucho dentro. Y está pasando. Me parece que es un señor que no sobrevive a un debate. También es cierto que el panorama es tan desolador que puede pasar cualquier cosa.
¿Y la subida en las encuestas de Johnny Lescano?
La gente no tiene tan claro la asociación Acción Popular – Manuel Merino. Y él se está provechando de eso. Y la gente que sí tiene claro que Manuel Merino es de Acción Popular, cree que votar por un candidato no es votar por un partido, están equivocados.
Si algo nos ha enseñado estos últimos cinco años es que un candidato, un presidente solito, no sirve para nada. Un presidente necesita un partido que lo respalde. PPK tuvo poco de eso y Vizcarra no tuvo nada. Lescano, que está peleado con Acción Popular, no va a hacer mucho. Los próximos cinco años serían la reedición de los cinco años que pasaron.
¿Qué opinión te merece el candidato Rafael López Aliaga, quien ya aparece en las encuestas?
A mí lo que me molesta de López Aliaga es que recurra tanto a las mentiras. Como periodista trato de no meterme en las posturas o en las opciones políticas que pueda tener cada candidato. Eso es muy respetable. No pretendo que todos los candidatos piensen como yo, eso sería ridículo o absurdo. Lo que sí debemos pedirle a los candidatos es un mínimo de decencia a la hora de debatir, ¿no?
Si el señor López Aliaga se la pasa mintiendo, diciendo que había un manual del Ministerio de Educación para homosexualizar a niños de 4 años… que me lo dijo a mí hace un mes, en una entrevista, le pedí las pruebas por WhatsApp y hasta ahora nada. Y repite tanto la mentira que el mismo ministerio salió a desmentirlo. Tiene varias de esas. Eso debería marcar una línea básica.
¿Cómo se ve el caso ‘Vacunagate’ en España?
El caso ha llegado a todo el mundo. Esto ha sido una noticia internacional importante. Me da la impresión que todavía no vemos las potenciales consecuencias que tendrá todo esto. El Perú ha sido parte de un ensayo internacional para una candidata a vacuna y el hecho de que ese ensayo se haya llevado como si fuera una ‘combi’, pues creo que afecta. Afectará los resultados de Sinopharm. La comunidad científica internacional va a echarle un ojo a lo que está pasando aquí. Todavía no hemos terminado de ver el impacto global de lo que está pasando aquí.
VIDA EN ESPAÑA
Por cierto, ¿Cuántos años vas viviendo en España?
Llevo 5 años.
¿Estás escribiendo?
Vine a escribir. De hecho lancé un par de libros. Cuando empezó la pandemia lancé este podcast (La Encerrona) pensando que la cuarentena iba a durar un mes, hice esto más preocupado por mi familia que otra cosa. La cosa creció y creció. Entonces el libro que estaba escribiendo no sé cuándo demonios lo voy a terminar.
¿Es investigación, ficción…?
Es un libro de memoria.
¿No estás muy joven para hacer un libro así?
No. Es un libro de memorias de un incidente muy específico. No es mucho sobre mi vida, nada muy egocéntrico. Es algo que viví y que creo que puedo contar algo nuevo de eso. Lo que trato de hacer siempre es ofrecer algo que no exista. Si me siento a hacer un podcast trato de hacer algo que la gente no tenga, para que sirva de algo. Eso es lo que trato de hacer.
¿Te ‘yapean’ tus seguidores de La Encerrona?
Sí. Le va bien por suerte. Y por suerte hay un equipo. Ahora en La Encerrona somos tres personas, y dos están en Lima.
Tus trolls preguntan de qué vives o si los gobiernos te financian…
Soy el único periodista que tiene transparentado sus ingresos. O sea, uno entra a patreon.com y se ve cuánto dinero hay exactamente.
Ese fenómeno de los trolls tiene que ver con la polarización. La gente no puede entender que critiques al congreso y a la vez a Vizcarra. Criticas a uno de los dos, pero no a los dos. Por supuesto que se puede criticar a los dos.
¿Qué sientes cuando te dicen caviar?
Con el tiempo he aprendido a identificar caviar con algo que me parece que sí me puedo identificar. Cuando a alguien le dicen caviar, ¿qué le están diciendo? ‘pituco’ yo no soy. Yo vivo en un barrio de inmigrantes. Aquí en el parque que está al lado de mi casa, tengo mis amigos de Arequipa, de Puno, que están ensayando su diablada, entonces por ahí no va.
¿En Lima eras ‘pituco’?
Yo soy de Breña. No, olvídate. Por ahí no.
La gente tal vez te dice caviar porque estudiaste en la universidad Católica, ‘toneabas’ en Barranco y ahora vives en Europa...
Sí, ¿no? Suena así. Pero cuando iba a la Católica chapaba la ‘Chama’. Me costaba ‘china’ ir a la Católica. Me sentía un rey, chapaba la ‘Chama’ y por ‘china’ me sentaba adelante. Tal vez una de las experiencias más lujosas de mi vida ha sido sentarme adelante en la ‘Chama’, pagar ‘china’ y en cinco minutos estar en la Católica. Ese es un lujo. En el Perú viajar de un lado a otro en cinco minutos es un lujo.
¿Qué sientes cuando te dicen ‘mermelero’?
Eso le dicen a todos los periodistas que tuvieron una posición crítica con el fujimorismo. De hecho, me siento hasta reivindicado porque a una de las personas que primero fastidiaron con eso fue a mí.
De nuevo, es la polarización que existe. Era gracioso porque en esa época como Keiko era de oposición, entonces decían que si criticas a la oposición estás con el gobierno. Puedes perfectamente criticar a la oposición y al gobierno. El mundo no funciona en blanco y negro. Ahora le dicen ‘mermelero’ a todos los periodistas. El significado original es súper ofensivo, es alguien a quien le compran la opinión. Por suerte yo no soy tan importante como para que alguien compre mi opinión. Al inicio yo decía que era injusto, pero luego me di cuenta que en la cabeza de muchos de quienes usaban esa palabra, pues el significado ya no era el ‘te han comprado’, sino que tenías una posición política. Igual que caviar, antes significaba ‘pituco’, de izquierda. Ahora cuando te dicen caviar básicamente te están diciendo dos cosas: que te has comprado la lucha anticorrupción, entonces estás detrás de toda esta gente que ha tenido actos corruptos, y que defiendes determinados derechos civiles de la gente. Entonces, eso sí, si eso significa: ¡caviarazo!
Con orgullo…
Claro. De hecho, tengo mi polo que dice ‘caviar’. Caviar como ‘mermelero’ han ido cambiando de significado, es interesante el viaje de las palabras.
¿Qué prejuicios has derrumbado viviendo en España?
Esto le pasará a todos los lectores de Trome que sean migrantes y sobre todo migrantes en otro país. La normalidad no existe. Lo que es normal en Perú no es normal en el resto del mundo. Por ejemplo, una cosa tan peruana como ‘baja en la esquina de la izquierda’. O sea, quiero que me dejes prácticamente en la puerta de mi casa. Y eso, aunque la gente no se de cuenta, tiene implicancia en el tráfico. Solamente ese detalle demuestra que los peruanos, lamentablemente, solemos pensar en nosotros mismos. Y yo lo he dicho mil veces. Cuando dices ‘baja en la esquina de la izquierda’ estás diciendo ‘que se friegue el carro que viene atrás’. Ese egoísmo que tenemos los peruanos tan naturalizado es en lo que más pienso desde que me fui de Perú.
Están de moda las famosas asesorías, ¿has asesorado a algún político?
No. Lo máximo que fui es asesor del vicerrectorado en la Universidad Católica en temas de internet.
¿Ahora vives de lo que ganas en La Encerrona, con las regalías de tus libros?
De las regalías de los libros no vive nadie, quizá Vargas Llosa nomás. Tengo la suerte de que La Encerrona me de suficiente para mí y para tener un equipo. Además, me permite tener proyectos extras. Con La Encerrona hemos lanzado dos buscadores: ‘Club otorongo’, en donde pones el nombre de tu candidato y te sale todo, desde sus antecedentes hasta sus propiedades. Y también ‘Manolo’, que es un buscador de lobistas. Con ese buscador encontré que Germán Málaga había visitado a Vizcarra. Y ahora queremos hacer un curso para enseñar a la gente cómo votar, qué implica. No le vamos a decir por quién votar. Pero sí será un curso que te explica qué pasa antes de votar, el día que votas y después que votas.
LIBRO ‘CASI BICENTENARIOS’
Cuenta Marco Sifuentes sobre ‘Casi Bicentenarios: “En estos días los periodistas estamos dando malas noticias todo el rato. Sobre todo cuando empezó la pandemia. Hay crisis no solo de salud, económica, política y moral. Y eso creo que a cualquiera lo agota. Busqué la forma de dar algo realmente positivo: buscar 10 personas que aporten y que sus experiencias y reflexiones nos enseñen cosas a todos. Sobre todo, teniendo en cuenta que este año es nuestro Bicentenario y estamos recibiendo esos 200 años muy distinto a como todos nos imaginábamos. ‘Casi Bicentenarios’ no es un libro buena ondista. Es un libro más de reflexión y de propuesta. Es un libro para tratar de que hagamos cosas o que se nos despierte algo en la cabeza”.