Manolo del Castillo es el Hugh Hefner de los viajeros. Todos lo envidian. Todos quieren ser como él. En las redes sociales le escriben: ‘De grande quiero ser como tú’, ‘Yo te cargo la mochila, guapo’ o ‘Llévame churro’. Desde hace 20 años, con su programa ‘Reportaje al Perú’, en TV Perú, viene recorriendo incansablemente todos los rincones de nuestro país. Pasa más tiempo en una carpa que en su propia casa, aunque eso ha cambiado un poco con la cuarentena. Su alma aventurera le costó su matrimonio con la periodista Verónica Linares. No quiere hijos, quiere más viajes. Ahora, con ese ímpetu y apasionamiento alista la mochila tras la aprobación del protocolo sanitario para el turismo de aventura.
Tengo la suerte de conocer el Perú como pocos.
Es un trabajo muy bonito, muy gratificante. Se aprende mucho. No se nota que es una chamba dura, porque en pantalla parece que estoy de paseo con unos ‘patas’, pero el trabajo es duro.
Yo he viajado desde chibolito.
Es herencia de mis abuelos y de mi padre.
Es horrible. Igual que todos, pero con un plus, que yo siempre estoy de viaje. Unos días en Lima, otros días afuera y así. Ese ritmo nunca lo habíamos parado en 20 años.
No, nunca. Ni con cambio de gobierno.
Pueden ser varias cositas. Yo sí soy viajero. A mí sí me gusta viajar. Quizá esto sí se nota. No es que han puesto a un modelo o un influencer, yo soy un viajero. Mi vida sí es viajar. Logramos transmitir eso, que cada programa sea como un viaje tuyo con tus ‘patas’.
Por supuesto. Hasta ahora no entiendo cómo los canales particulares, de señal abierta, no han apostado por un país que tiene tanto que mostrar. Hacer esto es fácil, tienes todo en el Perú. Hay selva, pantanos, desiertos, ríos. Hay de todo.
Yo creo que no quieren arriesgarse. Como nos pasa a todos. Es una cosa entendible, pero no justificable. No quieren salir de la fórmula que ya saben que funciona.
No, porque felizmente en el 7 nos hemos convertido en un programa bandera. Con cambio de gobernantes, ministros o gerencias, nos dicen que somos la cara de TV Perú, porque mostramos y llegamos a todo el Perú.
Cuando pase todo esto, por instinto a donde todos vamos a correr es hacia la naturaleza. Empezaría por Paracas, el cañón del Colca, la cordillera de Huayhuash. Ir a la región Amazonas. O conocer la selva.
En la actualidad hay para todos los gustos. Puedes comer en el mercado y siempre hay hospedajes baratos. Te trepas a un bus o un camioncito te puede jalar. Y caminando es la mejor manera de conocer el Perú.
Exacto, porque te saca de la ruta. Si vas en carro y ves algo que te llama la atención no puedes detenerte. Caminando uno descubre más cosas.
Hay que manejarlo con cuidado. Hay dos grandes protagonistas: los que trabajan en turismo y el público que quiere viajar. Todos quieren viajar, pero hay que ver el tema de la salud. Es difícil. Nadie tiene una respuesta exacta. Los viajeros podemos aguantarnos, pero hay que pensar en el sector turismo. Tenemos que buscar el balance.
Sales de tu burbuja. Si vives en Iquitos o vives en una zona residencial de Arequipa y casi no has salido de ahí, el entendimiento de tu país es muy limitado. Conocer el Perú, por ejemplo, con nuestro programa, ayuda a que queramos más nuestro país. Y viajar es casi una necesidad física, porque utilizas tu cuerpo para lo que ha sido hecho.
Los viajes, a donde sea, enriquecen. Pero así como es una obligación saber leer o saber votar, es una obligación conocer tu país.
Sí, entiendes tantos problemas sociales. Entiendes las necesidades de los demás.
Claro, porque tus ‘patas’ dejan de ser los que se parecen a ti. Te haces ‘patas’ de otros peruanos, que tienen otros referentes, otras aspiraciones. Conocer a otra gente es buenísimo porque comprendes mejor a tu país. Por ejemplo, cuando subes una montaña, todos somos hermanos, desde el estudiante más humilde hasta el súper mochilero.
Cualquier lugar a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar.
Porque hay menos gente. A más altura, menos humanos y más cerca a la naturaleza.
No, ja, ja, ja. Pero hablando de viajes, mientras menos gente, mejor.
Sí las uso. Más como terapia, para pasarla bien y para que los demás la pasen bien.
Soy un poco antisocial, ja, ja, ja. Vivo solo. Y me gusta estar así.
Yo estuve casado (con la periodista Verónica Linares) y una de las cosas que jugó en contra fueron los horarios. Pero eso ya pasó. En la actualidad, no es un pretexto no tener pareja o familia porque no hay tiempo. Hay parejas con las que te llevas mejor si te ves una semana sí y otra no. No quiero decir que me voy a quedar solo toda la vida. No, no. Si en buena hora conozco a alguien con quien vivir, bacán; si me quedo solo, también, no me quejo.
No, para nada. Además, uno siempre tiene gente querida a su alrededor, así no vivan bajo el mismo techo.
Eso sí lo tengo bastante claro: no me llama la atención.
No he querido antes, ni ahora.
La música, salgo a correr a las 5 de la mañana y me encanta hacer parrillas.
Amo la carne, así los veganos se molesten.
Así dicen, ja, ja, ja.
En la actualidad no te puedo responder esa pregunta porque me cae, ja, ja, ja. Si hace un mes me preguntabas eso, no había nadie que me pegue.
Destinos hay un montón, hay para rato. Harían falta varias vidas para poder conocer todo el Perú.
Para los viajeros, paciencia. Viajemos cuando sea seguro hacerlo sin perjudicar a nadie. Y para los que están en el otro lado, los operadores de turismo, respetar al pie de la letra los protocolos para que todo marche bien.
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