Ya le habían disparado 14 veces. Su objetivo agonizaba en la pista de baile de una discoteca barranquina. Pero, calibrando lo que estaba en juego, uno de los sicarios convenció a su cómplice de aproximarse un poco más para rematarlo con tres tiros de gracia. Esa noche, no solo asesinaron al criminal rimense más temido del momento, Dirceu Fregeiro Vilela, alias ‘Cheo’. Esa noche, ‘Maykel’ y ‘Critter’ mordieron la mano que les dio de comer y tomaron para sí todo un imperio criminal.
Mira también:
Desde entonces, la avenida Arequipa se tiñó de sangre. La dupla se hizo dueña de la extorsión a colectiveros, un negocio de miedo que creció a punta de balas y amenazas. Hoy, la policía los considera los gatilleros más peligrosos de Lima.
'Los Injertos del Rímac' enviaban mensajes amenazantes a los colectiveros.
El sistema judicial les dio una segunda vida. Michael Roberto Gutiérrez Villagaray, ‘Maykel’, fue sentenciado a 13 años de cárcel, pero solo cumplió uno. Daniel Jesús Calderón Egúsquiza, ‘Critter’, cargaba encima una condena mayor a 20 años, pero también salió en libertad. Ambos, gracias a excarcelaciones cuestionadas, retomaron la calle para reconstruir su reinado criminal.
Con la traición consumada, nació la nueva jerarquía de ‘Los Injertos del Rímac’. El grupo especial GRECCO de la Policía los ha vigilado de cerca y ha identificado a lugartenientes como Kevin Quiroz Velásquez, alias Kevin, encargado de distribuir stickers que marcaban a los taxis colectivos ‘afiliados’.
EL NEGOCIO DEL MIEDO
Cada conductor debía pagar 200 soles de inscripción y luego cuotas semanales que empezaban en 20 y hoy llegan hasta 25 soles. A cambio, recibían stickers con coronas, delfines, monos o tigres, algunos incluso con las iniciales ‘MC’ o ‘LIR’ (Los Injertos del Rímac). El que no cumplía, terminaba muerto.
Las balas dejaron testigos de sobra. Un colectivero fue acribillado en plena ruta de Cuba por un sicario que fingió ser pasajero. Otro conductor fue asesinado junto a su joven pasajero, un estudiante de apenas 23 años. “Al que no camine en sintonía, así le va a ir”, advertían en los chats de WhatsApp donde difundían los videos de sus crímenes.
La organización criminal tenía hasta ocho recaudadores, quienes hostigaban a las víctimas con mensajes como: “Hoy se yapea los 24 soles, sean puntuales”. Incluso organizaban polladas ficticias para seguir sacando dinero. Las cuentas de Yape y Plin estaban a nombre de cómplices directos de los cabecillas.
Las parejas de los sicarios también jugaban un rol clave. Jocelyn Chávez Romero, alias ‘La Gringa’, conviviente de ‘Maykel’, escondía fajos de billetes en una caja fuerte de su departamento. Melanie Roquerrice, alias ‘Ojitos’, pareja de ‘Critter’, fue señalada como administradora de los cobros. En un allanamiento, la policía halló más de 200 mil soles en efectivo y 2500 dólares, producto de la extorsión.
UN CAMINO DE SANGRE
La crueldad de la banda no se detenía en el dinero. La muerte de ‘Gordo John’, rival en el Rímac, fue grabada y difundida en los grupos de colectiveros. “Así terminan los que no quieren caminar en sintonía con los Injertos del Rímac”, advirtieron en un mensaje acompañado de la imagen del cadáver.
La Dirincri ha contabilizado al menos seis a siete atentados confirmados en la avenida Arequipa, varios con víctimas mortales. Cada ataque llevaba el sello de ‘Maykel’ y ‘Critter’, quienes se vanagloriaban de sus crímenes como si fueran trofeos.
Lo más indignante para la fiscalía es que, durante los allanamientos, junto a fajos de dinero y listas de extorsionados, se hallaron documentos judiciales que certificaban la libertad de ambos cabecillas. Un papel que, según las autoridades, está ahora manchado de sangre.
Sicarios ingresan a una discoteca ubicada en Barranco y asesinan a un hombre. En el ataque resultan heridas tres personas.
Fotos: César Grados/@photo.gec
Hoy, ‘Maykel’ y ‘Critter’ siguen libres. La Policía los considera irrecuperables, parte de la calaña más baja y vil de la sociedad. El general PNP Zenón Loayza ha advertido que estos delincuentes planean nuevos atentados y pide a la ciudadanía denunciarlos de inmediato.
La guerra por la avenida Arequipa no ha terminado. Sus cuadras siguen bajo la sombra del miedo, mientras la justicia peruana carga con el peso de haber dejado libres a dos sicarios que, lejos de rehabilitarse, convirtieron la ciudad en su campo de tiro.
TE PUEDE INTERESAR
- ¡Escándalo en Ministerio de Educación! denuncian que ministro Morgan Quero gastó más de 10 mil soles en ropa, snacks y papel higiénico
- ¡Santiváñez acorralado! Peritaje confirma que voz en audios sí pertenece al ministro de Justicia
- ‘Cortadedos’, secuestrador de Los Pulpos que mutilaba a sus víctimas, denuncia al coronel Revoredo por supuesta tortura
