Ganni Muscat es un padre conservador, católico intolerante, misántropo que solo ama a los gatos y autor de un solo libro. Esta es la premisa de la novela Troyano del escritor maltés Alex Vella Gera, ganador dos veces del Premio Nacional de Literatura de su país, que llega al Perú gracias a la editorial independiente Colmillo Blanco.
TAMBIÉN LEE: CREAN MAPA DE ESCRITORAS PERUANAS PARA DIFUNDIR OBRAS DE MUJERES DE TODAS LAS REGIONES
Felicitaciones por la publicación de tu libro en español en Perú. Has recibido el Premio Nacional de Literatura de Malta dos veces y ya tienes una trayectoria interesante como escritor. ¿Qué resaltas del proceso de edición en general y la publicación con Colmillo Blanco?
Todo el asunto de tener mi novela traducida y publicada en otros países no era algo en lo que yo tuviera un rol, sino que estaba en las manos capaces y confiables del Consejo del Libro de Malta y la gente encantadora de Colmillo Blanco. Esta es una experiencia bastante nueva para mí. En los primeros días de mi carrera, solía encargarme de todo, desde la redacción de la novela hasta la edición e impresión, el arte de la portada y la búsqueda de un distribuidor. Eso fue muy agotador y estresante, por lo que es una experiencia agradable tener esa parte del proceso fuera de mis manos.
Hay muchas personas que actualmente piensan como Ganni Muscat, el personaje principal de Troyano, ¿en qué punto crees que nos encontramos como seres humanos, teniendo en cuenta que hay muchas personas que consideran que el mundo está siendo destruido por el progresismo y los derechos humanos?
Ganni Muscat está lleno de miedo. Es ese miedo el que lo lleva a sentirse amenazado por ideas y tendencias progresistas. Creo que muy a menudo ese mismo miedo lleva a la gente a rechazar los derechos humanos, la migración y una sociedad más abierta. De dónde viene ese miedo… es una cuestión bastante compleja. En gran parte, siento que es un miedo totalmente comprensible pero que conduce a ideas y posiciones incomprensibles en relación con la sociedad. ¿Por qué los derechos de los homosexuales deberían ser una afrenta para ciertas personas? No les afecta directamente. Pueden vivir su vida como siempre lo han hecho y, sin embargo, de alguna manera, que dos homosexuales puedan casarse, por ejemplo, los llena de ira. Ciertamente, esto se debe a que sienten que al aflojar las definiciones de lo que hace una buena sociedad en sus mentes, sienten que la sociedad misma se derrumbará. Ganni Muscat se encuentra en esta posición, donde siente que está presenciando cómo la sociedad se destruye a sí misma. Por supuesto, hay razones válidas para sentir eso, pero en mi opinión, no las que nos presenta Ganni en la novela. De alguna manera, personas como Ganni están llevando a la sociedad al límite con su intolerancia, por lo que, irónicamente, el propio Ganni puede ser una de las razones por las que la sociedad que él ve derrumbarse se está derrumbando. Como dije, este es un tema complejo.
TAMBIÉN LEE: ‘ESTA REALIDAD NO EXISTE’, LA ANTOLOGÍA DE CIENCIA FICCIÓN CON ESCRITORES PERUANOS
Creo que Muscat también es un poco hipócrita tal como le enrostra Philip: haber engañado alguna vez a su mujer, Inés, y no ser capaz de evitar que su hijo se volviera un drogadicto. ¿Qué figuras paternas de la literatura recuerdas o te inspiraron para lo que debía y no debía ser Ganni Muscat?
Me abstendría de condenar a Ganni Muscat por su hipocresía. No es del todo culpa suya. Todos somos víctimas de las circunstancias, aunque también creamos algunas de las circunstancias de las que somos víctimas. Me encanta explorar esa semi-paradoja en la novela. Ser la propia víctima, y ser víctima también ser victimario. La gente está maravillosamente desordenada, y de ahí surge la culpa, la rabia, la confusión. Es una maravilla que la sociedad funcione cuando está formada por tales bolas de angustia.
En cuanto a las figuras paternas de la literatura que me sirvieron de inspiración, no se me ocurre ninguna. Me inspiran más las personas de la vida real, o fracciones de personas, que combino para crear nuevas personas en la página.
Hay, en cierta manera, una crítica a la familia tradicional: los pensamientos de Inés cuando el esposo ya no está o lo que piensa Muscat que es un “fracaso personal” cuando su hijo drogadicto regresa a casa rehabilitado. ¿Cuál es tu postura al respecto?
Interesante. No era del todo consciente de este punto de vista. Sin embargo, tienes razón, la familia tradicional está en una profunda crisis en la novela, se mire como se mire. Y cuando uno piensa que la familia tradicional es un elemento intrínseco de la sociedad de la que Ganni Muscat anhela ser parte, la ironía es clara aquí, que incluso la micro-sociedad de la que él es cabeza se está desmoronando, al igual que la sociedad en general que él. tan desprecia, y en gran medida se siente impotente en medio de todo esto, y eso solo lo enoja más.
Finalmente, ¿crees que la literatura también debería ser política?
Sí, por supuesto, todo es político, incluida la literatura. A veces es así directamente. Otras veces es simplemente político porque es, existe, dentro de un mundo político que nos rodea por todos lados. Sin embargo, no creo que la literatura debe ser política, en el sentido de que su principal fuerza motriz debe ser la política. La principal fuerza impulsora de todo arte deben ser las metas y los esfuerzos artísticos involucrados en su creación. Si lo político es una gran parte del producto final, o incluso de su producción, que así sea, y uno no debe eludir lo político, ya sea lector, escritor o editor. Pero si una novela se escribe primero teniendo en cuenta lo político y lo artístico no tanto, es muy probable que no sea una muy buena lectura y, por lo tanto, el elemento político que contiene se resentirá.
TE PUEDE INTERESAR
- Leila Guerriero: “En las provincias, así como hay gente buena y sencilla, también hay gente mala y complicada” | ENTREVISTA
- Jesús Raymundo, el ‘Doctor Tilde’: “Hay mucha esperanza en el futuro del país y estos jóvenes son una muestra de ello” | ENTREVISTA
- Denisse Vega Farfán: “Me gusta la sensación de estar en esa búsqueda del lenguaje, que me parece tan infinito” | ENTREVISTA