Plaza de Armas de Lima sin rejas, turistas y comerciantes contentos, pero se preguntan: ¿Volverán a cerrar?

Actualizado el 16/09/2022, 01:29 p.m.

Tránsito a pie, en bicicleta y en scooter, toma de fotos y selfies, rostros alegres de turistas y comerciantes se vio ayer por la Plaza de Armas de Lima que fue reabierta (retiraron las rejas del perímetro).

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Alrededor de la ‘Plaza Mayor’ ya no estaban los policías pidiendo identificación y preguntando ‘a dónde van’ para decidir si daban acceso.

“Por fin se puede caminar por aquí”, comentaban varios. “La Plaza de Armas hasta parece alegre. La gente entra, los niños pueden correr, los turistas pueden hacer sus fotos tranquilos frente a la Catedral y Palacio. Incluso los abuelitos ya no tienen que dar tremenda vuelta para pasar como antes que estaba todo enrejado”, dijo una transeúnte en el Centro de Lima.

Turistas y comerciantes contentos por el retiro de las rejas en la Plaza de Armas. (Isabel Medina / Trome / Renzo Salazar)

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Restaurantes

El jirón hacia la Casa de la Literatura tuvo desplazamiento de grupos escolares. Los mozos de restaurantes y bares en el jirón Carabaya, pasaje Olaya y otros estaban contentos de recibir clientes y las terrazas gastronómicas ya no estaban ‘desiertas’.

“Vienen manifestantes y ahí cierran todo”

“Nos han dicho que no volverán a cerrar y que gradualmente retirarán las rejas. El jirón de la Unión ya tiene acceso, eso permitirá transitar y trabajar”, dijo uno de los empresarios de la zona.

Estimó que el cierre afectaba a 1500 microempresarios y 12 mil trabajadores, a la vez causaba pérdidas de 26 millones de soles diarios.

“El temor es que en cualquier momento vuelvan a cerrar. Vienen manifestantes que piden reincorporación a la Municipalidad y ahí cierran todo. Si no hay tránsito, no hay negocio”, dijo una vendedora de ropa.

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Obras dificultan pase

Además, el caos continúa para el tránsito en algunas calles aledañas como la cuadra dos del jirón Caylloma y en el jirón Huallaga.

“La Municipalidad de Lima empezó obras de peatonalización y no terminan. Parece ‘bombardeado’, hay grandes montículos de desmonte, si vienen por acá hay que caminar con cuidado”, comentó un comerciante.

“Siguen trabajando, pero nos afecta. En mi caso vendo trajes y vestidos de novias, y tengo que cuidar muchísimo del polvo porque es material delicado”, dijo Sonia.