Quizás no sea muy alto el porcentaje de peruanos que haya logrado ingresar a sus instalaciones y disfrutar de sus ambientes y su comida, pero sí es un hecho que todo limeño o visitante de la capital ha visto alguna vez su emblemática figura dentro del mar, casi como parte del paisaje de la Costa Verde. Pero lo cierto es que el restaurante ‘La Rosa Náutica’ no estuvo siempre allí, aunque este 2023 se cumplen 40 años de su construcción.
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Su edificación, en el rocoso espigón 4 del circuito de playas, comenzó en 1983, gracias a la iniciativa del empresario Carlín Semsch. “Un hombre aventurero, pescador de alto riesgo, amante del mar y gran soñador, quien tuvo la idea de montar un restaurante sobre el océano Pacífico, apoyado en un espigón de rocas, frente al Club Waikiki. Todo allá por el año 1983, cuando el circuito de playas era ‘tierra de nadie’, una zona olvidada, un área gris de Lima”, recordó Fernando Puga, uno de los actuales propietarios, en una entrevista con la revista Cosas.
De acuerdo con Puga, Carlín tuvo también el acierto de rodearse de gente amiga, como Lucho Risso y Alan Pierce, quienes diseñaron los planos y construyeron el restaurante. Toti Gutiérrez participó de la decoración, simulando los antiguos baños de Barranco y Chorrillos; y el ‘Pollo’ Fernando Arrarte fue el gran anfitrión de aquellas “mágicas” jornadas iniciales del restaurante.
“La Rosa Náutica es un restaurante que ha pasado por diferentes épocas y ha tenido que verse reinventado varias veces en el proceso. Los momentos iniciales estuvieron más inclinados hacia una cocina internacional, de admiración por lo que sucedía en un mundo ajeno al nuestro, que buscaba, con cartas extensas, satisfacer todos los antojos de sus clientes. Hoy, en cambio, se valora más una cocina peruana de una tendencia marina, con una carta concisa y reducida, donde además prima el producto y su calidad, donde se respetan las vedas y los tamaños, y donde la vajilla juega un rol importante en la experiencia”, explica Puga.
Su infraestructura fue tan difícil de construir, sobre un espigón ganado al mar, que ponerla a punto tardó casi un año (y otro más para obtener las licencias respectivas).
Luego, la firma pasó de manos a la familia Puga, quienes internacionalizaron la marca en países como Colombia y Argentina, a través del formato de franquicia.
En 2019 el restaurante recibió una multa de S/210 mil (50 UIT) por parte del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), por haber ejercido un trato discriminatorio al entregar dos cartas a sus clientes según su género: para los hombres una carta azul con precios y para las mujeres una carta amarilla pero obviando esto último.
En ‘La Rosa Náutica’ se pueden encontrar sus cebiches que van de desde S/ 64 a S/ 74. Los platillos que comprenden esta lista son La Rosa, carretillero, cebiche pacífico y el cebiche del muelle.
El cóctel de camarones, uno de los favoritos de la casa, cuesta S/ 66. Aunque si la idea es probar un banquete entre varios, puede pedirse la ronda marina, que está ofertada en S/ 96 y S/ 144 para dos y cuatro personas, respectivamente.
También hay platillos criollos que oscilan entre S/ 59 y S/ 89, como el lomo saltado, la canilla de cordero, el arroz con pato, el pato guisado, el pollo de leche, el pollo napolitano y el lomo a las tres pimientas. El plato más caro es su bife ancho a la parrilla, que es ofertado a S/ 190.
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De acuerdo con su sitio web oficial, uno puede hacer una reserva en La Rosa Náutica de lunes a sábado entre las 12 p.m. y las 10 p.m., y los domingos de 12 p.m. a 6 p.m. El restaurante cierra a as 11 p.m. de lunes a sábado, y los domingos a las 7 p.m.
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