La actriz y directora de teatro Kathy Serrano ha recorrido el mundo y vivido en varias ciudades, y hoy, establecida en Lima después de muchos años, publica Húmedos, sucios y violentos (Estruendomudo, 2020), un libro de 66 microrrelatos que exploran la muerte, la violencia, el erotismo y el mal, y que está nominado al Premio Luces, algo que la tomó por sorpresa, pues no se lo esperaba.
La Kathy narradora escribe hace mucho tiempo…
Yo siento que he escrito algunas cosas como directora de teatro. Escribí un adaptación teatral que presente en la Alianza Francesa hace muchos años. También escribí el guion de un cortometraje que se llama Vuela. He escrito desde que vivía en Rusia, pero no se lo mostraba a nadie. Luego, cuando comencé a vivir en Perú escribía cuentos secretamente. Hace cuatro años me senté en un taller de Ricardo (Sumalavia) y sentí que escribir era un lugar feliz para mí. Pensé que esto esto es lo que quiero hacer ahora y no he parado de escribir desde ese entonces. En Literatura esto me hace sentir joven.
Y llegó la microficción…
Ya con el microrrelato no paré de escribir. Sin embargo, voy a seguir actualizándome siempre porque puedes aprender muchos años. Hace dos años comencé con los laboratorios de escritura que mezcla un espacio que he aprendido como actriz y directora con la narrativa; es un camino que te lleva a escribir, a despertar tu creatividad que todos tenemos, pero que muchas veces se nos duerme.
Hay 66 microrrelatos en Húmedos, sucios y violentos, ¿cómo fue el proceso de selección?
Me enamoro de la microficción a finales de 2016 cuando leo Ecosistema y La memoria confusa de José María Merino. Es como un cortometraje: no encuentras nada que sobre, eso es el microrrelato. Es un diamante perfecto que no tolera una palabra demás. La brevedad me gusta. Algunos de los relatos cortos que escribí en una taller están en este libro. Poco a poco fui publicando en otros países. Hasta que la editorial Planeta me pidió manuscritos, que fueron cerca de 90 textos. Pasaron unos meses y me contactaron para avisarme que publicarían el libro Una voz que existe donde están varias escritoras peruanas como Giovanna Pollarolo, Carmen Ollé y Victoria Guerrero, pero debía editar los microrrelatos.
Supongo que habrá sido una edición ardua...
Sí, fue una nueva escuela para mí. Anahí Barrionuevo, que es la jefa y candela pura, fue mi editora. Hay que trabajar mucho en el proceso de edición. Anahí me enseño bastante. En ese proceso también aprendí que puedes negociar con el editor sobre un texto o por qué una palara debería ir o no.
Volvamos a Húmedos, sucios y violentos, ¿cómo llegaste a Estruendomudo?
Pedí una cita con Estruendo mudo y en menos de una semana aceptaron el libro. Me dieron un mes para editarlos los microrrelatos, pero llegó la pandemia y pensé que todo se acababa allí. Sin embargo, me enviaron el contrato para publicarlo. Tuve que esperar hasta julio porque Anahí Barrionueva iba a ser mi editora otra vez y ella solo podía en esas fechas. Lo que me ayudó a trabajar con Anahí antes es que ya estaba preparada para negociar qué microrrelatos podían ir en el libro y con el certero ojo de Anahí pudimos publicar Húmedos, sucios y violentos.
Migración, violencia contra la mujer, erotismo, entre otras cosas, ¿qué busca Kathy Serrano con Húmedos, sucios y violentos?
Quería gritarlo. Estoy en un momento en que escribiendo me siento muy feliz. Gozo mucho leyendo, escribiendo y aprendiendo. Tenía la necesidad de escribir esto. Son temas que me preocupan. Me jode la violencia contra la mujer porque vivimos, desde que abrimos los ojos, con violencia. Estoy sacando de mí lo que me mueve, duele, despierta o hace reír. Quiero provocar. Y escribir, como mujer, lo que me dé la gana. Creo que el terror está afuera para las mujeres. Por ejemplo, Voy al supermercado y siempre hay alguien que te dice una vulgaridad o eres peatón que está cruzando la posta y el conductor acelera.
Ahora que hablas de la violencia contra la mujer me has recordado el microrrelato Los Lobos y Caperucita, ¿se puede decir que son las heroínas modernas?
Quise voltear la tortilla. Me harta saber que desde niña nos ponen muñecas, cochecitos u ollitas mientras que a los varones les dan una espada o camiones. Me molesto que todos los días te digan que va a venir un príncipe azul que te va a salvar porque, supuestamente, eres tan débil mental que necesitas que alguien te solucione los problemas. Pero las mujeres somos fuertes. Me encantaría vivir en un lugar donde las mujeres y las hombres, simplemente, disfrutaran estar juntos. Todos los días sufrimos violencia cuando, por ejemplo, tienes que demostrar que tienes talento, inteligencia o algo que decir. Siguen los feminicidios y nadie habla de eso. La delincuencia continúa en el Perú. Y encima un virus que muta; el mundo tiene tantas cosas. Yo espero que, en algún momento, las mujeres van a lograr una igualdad de oportunidades. Quién decida que no es hombre ni mujer que lo dejen ser lo que quiera ser y si se quieren casar entre el mismo sexo, que no se metan. Me encantaría un mundo con igualdad de oportunidades.
Después de escribir Húmedos, sucios y violentos, ¿qué encontraste?
Encontré mi voz. Me duele mucho esta realidad y creo que eso se coló en este libro.
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- Librería Estruendomudo
- Amazon (Edición digital)
- Librería Communitas
- Librería Sur
- Librería Buensalvaje
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