Las violentas protestas contra el gobierno central en Juliaca (región Puno) dejaron como lamentable saldo la muerte de diecisiete personas, además, de varios heridos, en esta ciudad ubicada al sur del país, según lo reportó la Defensoría.
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La Defensoría del Pueblo informó que como consecuencia de este enfrentamiento han fallecido nueve personas, en las últimas horas, mientras que otros tres civiles habrían corrido la misma suerte. Horas más tarde, hasta el martes 10 de enero, confirmó el fallecimiento de 18 personas.
Según informaciones de Canal N, nueve fallecidos permanecen en el hospital Carlos Monge Medrano, uno en el centro de salud de La Revolución, y otros dos en la zona del enfrentamiento en Juliaca. En horas de la tarde confirmaron cinco fallecimientos más.
El médico del hospital Carlos Monge Medrano informó que hay nueve muertos en el centro médico, varios de ellos con heridas de proyectil de arma de fuego.
Los enfrentamientos entre los manifestantes y las autoridades en Juliaca se iniciaron el pasado 6 de enero y continuaron todo el fin de semana. Estas personas buscaban tomar el aeropuerto Inca Manco Cápac, en su reclamo por un cierre del Congreso, la salida de Dina Boluarte y la liberación de Pedro Castillo.
Pero no solo se han reportado enfrentamientos en exteriores del aeropuerto, diversas carreteras han sido bloqueadas en la región Puno. Este hecho provocó que un pequeño prematuro no pueda ser llevado al Hospital Regional, perdiendo la vida por no ser atendido.
El Ministerio del Interior difundió las imágenes del patrullero donde murió calcinado un integrante de la Policía Nacional, en la urbanización Tambopata, en Juliaca. Informó, además, que uno de los dos suboficiales que iban a bordo fue internado en una clínica local con heridas en la cabeza.
De acuerdo al Mininter, desconocidos retuvieron y atacaron esta madrugada una patrulla de la PNP, que realizaba rondas de vigilancia. Además, por reportes de la X Macro Región Policial, la unidad iba con dos policías a bordo, quienes fueron agredidos por la turba que se apropió de sus armas e incendió luego el vehículo, cerca del cual se halló un cuerpo carbonizado que, hasta el momento, no ha sido plenamente identificado.
Uno de los policías heridos, el suboficial de tercera PNP Ronald Villasante Toque, quien conducía la patrulla siniestrada, logró comunicarse telefónicamente con sus compañeros, a quienes relató el salvaje ataque, denunciando, además, la desaparición de su compañero, el suboficial de segunda PNP José Luis Soncco Quispe. También confirmó la sustracción de las municiones, chaleco antibalas y armas de reglamento que ambos llevaban (dos pistolas Pietro Beretta y un fusil AKM). No obstante, horas después se precisó que el armamento estaba quemado y permanecía dentro de lo que quedó de la patrulla.
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