“Convivimos desde hace siete años y él me paga los estudios, ya que curso el octavo ciclo de Ingeniería Mecatrónica en una universidad particular. También solventa mis gastos de alimentación, vivienda y vestido”. Así explicó Wilfredo Zamora Carrión (27), ‘Willy’, su relación con el empresario Aldo Cáceda Benvenuto (70), en cuya casa asesinó al periodista (56).

El anciano lo mantenía y, según las pesquisas policiales, se enteró de que ‘Willy’ le era infiel y estaba molesto. El miedo a perder lo que Aldo Cáceda le daba pudo haber influido en la decisión del homicida de perpetrar el crimen.

Se presume que el empresario, con el que se encontró en Panamá, le puso un abogado para que lo defienda.

El perfil psicológico muestra al asesino como un hombre calculador, frío, mentiroso y manipulador. Según los peritos, no está arrepentido de haber perpetrado el cruel homicidio.

Durante el interrogatorio, ‘Willy’ dijo ser ‘vertical y versátil’ en las relaciones con sus parejas del mismo sexo. Se negó a explicar qué significaba eso.

Cuando le preguntaron por su orientación sexual, respondió molesto e hizo un gesto con la boca: “No me gustan las mujeres, soy versátil”.

Sobre José Yactayo, afirmó que lo conoció en una red social de gays y era la tercera vez que se vieron en su departamento en Breña.

Las cámaras de vigilancia del moderno edificio, en la calle Pedro Ruiz Gallo 668, habrían grabado el instante en que el acusado ingresa al condominio con el periodista, a quien ya no se le ve salir. Las imágenes fueron solicitadas por la policía.

SOLO ‘AMIGOS’
Durante el interrogatorio se le consultó por sus sentimientos hacia su víctima y dijo que solo eran ‘amigos’. Aseguró que José Yactayo ‘se murió solo’ cuando se divertían y que lo descuartizó porque estaba en shock y temía que su pareja lo descubriera.

“Dejó entrever que sacaba provecho económico de todas las relaciones que conseguía por medio de la página gay. Mantenía citas con personas mayores, quienes le proporcionaban dinero”, afirmó el vocero.

Los peritos confirmaron que no se mostró arrepentido por el crimen, descuartizamiento y desaparición de los restos, que narró como si fuera una película.

(M. Rochabrum / J. Palomino)

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