Las manifestaciones que se organizaron en diferentes ciudades de Rusia en apoyo de Alexéi Navalny, opositor al gobierno de Vladimir Putin, no solo fueron reprimidas con violencia. Ahora las personas que salieron a marchar son víctimas de despidos o renuncias forzadas, sobre todo entre los funcionarios públicos.
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Durante las protestas, que se realizaron a finales de enero, la policía rusa detuvo a más de 11 mil personas, que fueron encarceladas brevemente, y se abrieron alrededor de 100 causas penales ante los tribunales, que pueden terminar en condenas más rigurosas.
El profesor de física Alexéi Alexeyev fue despedido el 9 de febrero, sin ningún aviso previo, después de haber participado en una de las manifestaciones de apoyo al activista encarcelado Alexéi Navalni en Siberia.
“Ahora va a ser difícil encontrar un trabajo en instituciones públicas debido a la razón de mi despido”, aseguró Alexeyev, quien explica que sus superiores le reprocharon haber defendido frente a sus alumnos estas protestas.
Pese a ello, según el expediente consultado por la agencia de noticias AFP, Alexeyev fue despedido por “faltar de manera repetida y no justificada a sus obligaciones profesionales”.
Una situación similar vivió el maestro Alexandre Riabtshuk, quién fue obligado a renunciar de una escuela pública en Rostov del Don, ubicado al suroeste de Rusia, donde trabajaba como profesor de historia desde hace siete años.
“La dirección me pidió que suprimiera mis publicaciones en Instagram en las que apoyaba a la oposición, pero me negué. Preferí defender mis principios que salvar mi carrera (...) Creo en la idea del deber ciudadano y quiero aplicar lo que enseño”, señala el docente.
En la ficha personal de Riabtshuk se precisa que el contrato terminó por deseo de él. Sin embargo, el profesor asegura que fue coaccionado por agentes de la policía que registraron su casa y fue encarcelado por cinco días tras participar en una de las manifestaciones.
El proyecto “Apologuia Protesta”, lanzado por la ONG Agora, denunció esta semana controles inesperados contra al menos cuatro empresarios de Moscú que fueron detenidos recientemente en manifestaciones pro Navalny.
Según el informe de la agencia AFP, las autoridades rusas investigan en redes sociales la participación de las personas en dichas protestas. Además, también estarían presionado a empresas privadas a desvincular a los manifestantes.