Un controvertido caso de ‘suicidio asistido’ remece Massachusetts, Estados Unidos. Se trata de la muerte de Conrad Roy, un adolescente de 18 años que se quitó la vida impulsado por los mensajes de texto de su pareja, Michelle Carter quien en ese momento tenía 17 años.
Aunque ella no estaba en el lugar de los hechos cuando Roy se suicidó, Carter está actualmente acusada de homicidio involuntario por haberle mandado una serie de mensajes de texto que lo motivaron a cometer suicidio. A tres años de los hechos, ahora se tendrá que enfrentar a la justicia.
Roy venía luchando desde hace mucho tiempo contra la depresión y los pensamientos suicidas. Es así que finalmente sucumbió al monóxido de carbono que dejó escapar de su camioneta mientras se encerró dentro. Fue encontrado al día siguiente en el estacionamiento de un supermercado varias millas fuera de Boston.
Las evidencias de acusación en contra de Carter, quien ahora tiene 20 años, son decenas de mensajes de texto donde empujaba a Roy para suicidarse. La pareja intercambió cientos de mensajes durante los días anteriores al suicidio. En ellos, ella insistía en que estaría mejor muerto.
‘Finalmente vas a ser feliz en el cielo. No tendrás más dolor’, ‘Está bien tener miedo y es normal. Quiero decir, estás a punto de morir’, son algunos de los mensajes que le envió días previos a la fatal decisión del joven.
Asimismo la mañana del 12 de julio del 2014, tan solo unas horas antes del suicidio, la mujer acusó a Roy de no tener la valentía para quitarse la vida. ‘Así que supongo que no vas hacerlo. Entonces, todo eso para nada…Estoy tan confundida… como tú estabas dispuesto y decidido’, le texteó.
Cuando Roy intentó declinar de su macabro objetivo, Carter le dijo que ‘ahora’ era el mejor momento ya que todos estaban durmiendo. ‘Solo ve a algún lugar con tu camioneta. Nadie está fuera a esta hora’, le recomendó.
Finalmente le mandó el mensaje decisivo que terminó por motivarlo. ‘Pensé que querías hacer esto. Es el momento adecuado y estás listo… Solo hazlo, bebé’. Roy se encerró en su auto, soltó el gas y se dejó ir.
Poco tiempo después de la muerte de Roy, Carter reconoció con una amiga que ella había estado en contacto con él cuando se mató. ‘Lo ayudé a facilitar las cosas y le dije que estaba bien. Podría haberlo detenido o llamado a la policía, pero no lo hice’.
Carter fue acusada en el 2015 de homicidio involuntario. La corte encontró que la ‘presencia virtual’ de la mujer en el momento del suicidio y la ‘presión constante’ sobre Roy, que estaba en un mal estado mental, eran pruebas suficientes para juzgarla.
Sin embargo, a pesar de que el suicidio asistido por coacción se considera un delito en la mayoría de los estados, Massachusetts es uno de los pocos lugares en los que no se sigue esta ley. ‘Por lo general, los cargos de homicidio implican la acción directa por parte del demandado. Puede haber algún tipo de homicidio involuntario cuando no se advierte el riesgo de la acción, como cuando se dispara un arma de fuego en una multitud, pero esto es diferente’, comentó Daniel Medwed, profesor en derecho y justicia criminal de la Northeastern University, a The Washington Post.
Al momento, Carter rechazó su derecho a un juicio por jurados y optó por seguir el proceso en un tribunal ya que allí se someterá a una evaluación más técnica y menos emocional.
TAMBIÉN PUEDES LEER
Si te interesó lo que acabas de leer, puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter, y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.