Luego de siete meses y medio de viaje y casi 470 millones de kilómetros recorridos, el rover (vehículo de exploración) Perseverance o ‘Percy’ aterrizó en el cráter Jezero de Marte. Pero ¿Cuál es el objetivo de esta nueva misión espacial, la quinta que envía la NASA a este planeta?
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El planeta rojo es considerado como el planeta más habitable cercano a la Tierra y el mejor para confirmar si existe la vida fuera de nuestro mundo.
‘Percy’ aterrizó en el cráter Jezero, un antiguo delta fluvial donde hace 3.500 millones de años hubo agua, lo que lo convierte en el escenario ideal para el principal objetivo de la misión espacial: recolectar muestras del suelo y buscar evidencias de vida pasada en Marte.
Además de la exploración e investigación, este rover tiene previsto probar diferentes tecnologías para averiguar si se puede obtener oxígeno a partir del dióxido de carbono atmosférico y, de ser así, preparar una futura exploración humana en el planeta rojo.
El vehículo de exploración rastreará signos de vida microbiana antigua en Marte, recolectará y almacenará rocas y polvo. Se espera que todo el material que adquiera pueda ser traído a la tierra en una nave espacial hacía el año 2031.
Según las investigaciones, este planeta alguna vez tuvo agua, compuestos orgánicos y un clima favorable. En los últimos 20 años se confirmó que el planeta tuvo océanos, ríos y lagos.
Estados Unidos ha logrado llevar a Marte robots como los vehículos exploradores: Pathfinder, Spirit, Opportunity y Curiosity en 2012, este último es el único que sigue activo.
El vehículo de exploración cuenta con 19 cámaras en el cuerpo del robot y otras cuatro en la nave para captar la entrada a la atmósfera, el descenso y el aterrizaje. Además, tiene dos micrófonos, que permitirán por primera vez captar sonidos en Marte. Un micrófono grabará sonidos durante el descenso y otro lo hará en la superficie.
Se espera que el Perseverance explore el suelo y la atmósfera del planeta rojo durante al menos un año marciano, que equivale a cerca de 687 días terrestres. La misión tuvo un costo de más de 2700 millones de dólares.
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