José Antonio Kast es el nuevo presidente de Chile

José Antonio Kast ganó la segunda vuelta presidencial en Chile con el 58,30 % de los votos, de acuerdo con el 95,18 % del escrutinio oficial difundido por el ente electoral chileno. Su rival, Jeannette Jara, obtuvo el 41,70 % y reconoció los resultados tras el avance del conteo nacional.

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Con este resultado, Kast se convierte en el próximo presidente de Chile. Jara publicó un mensaje en redes sociales en el que informó que se comunicó con el presidente electo para felicitarlo, le deseó éxito por el bien del país y agradeció a sus votantes, señalando que continuará trabajando por su país.

José Antonio Kast durante un mitin electoral en Santiago el 14 de diciembre. Fotógrafo: Tamara Merino/Bloomberg
José Antonio Kast durante un mitin electoral en Santiago el 14 de diciembre. Fotógrafo: Tamara Merino/Bloomberg

El proceso electoral se desarrolló entre dos propuestas políticas opuestas y dejó además un 5,83 % de votos nulos y 1,23 % de votos en blanco. Tras conocerse los resultados, el presidente saliente Gabriel Boric llamó a Kast para coordinar la transición presidencial.

Durante esa comunicación, Boric propuso una reunión privada y otra con los ministros del comité político para atender asuntos de continuidad del Estado. Ambas partes acordaron reunirse al día siguiente con sus equipos para iniciar el proceso de transferencia.

FRONTERA EN ALERTA Y EFECTO INMEDIATO

Más allá del cambio de mando en Chile, el impacto de la elección comenzó a sentirse en la frontera norte, con consecuencias directas para el Perú. Durante la campaña, Kast afirmó que a los extranjeros indocumentados “les quedan 98 días para abandonar el país libremente” antes de ser expulsados, en referencia a una eventual toma de posesión el 11 de marzo de 2026.

La migración fue uno de los ejes centrales del balotaje y la advertencia del ahora presidente electo empujó a decenas de migrantes en condición irregular a dirigirse hacia la frontera con Perú, en un intento por retornar a Venezuela y otros países antes de enfrentar una deportación.

Ese movimiento generó un escenario complejo en el desierto de Arica. Del lado peruano, el gobierno de José Jerí declaró el estado de emergencia en la frontera, lo que autoriza el despliegue de contingentes militares para evitar el ingreso a territorio nacional, convirtiendo la zona en un punto de tensión.

Durante una visita en Tacna, Jerí fue enfático al señalar que “las personas que no tengan sus documentos en regla no son bienvenidas a nuestro país”, postura que marca la respuesta oficial frente al flujo de migrantes que intentan cruzar desde Chile.

(Photo by Rodrigo ARANGUA / AFP)
(Photo by Rodrigo ARANGUA / AFP)

PERÚ BAJO PRESIÓN REGIONAL

Migrantes varados en Arica describen el escenario como un “limbo en el desierto”. Algunos, como Billy González, pidieron apoyo para continuar su retorno hacia Venezuela, planteando incluso traslados hacia Ecuador para seguir su camino.

El contexto coloca al Perú en una situación límite. El país ha recibido casi dos millones de venezolanos desde el inicio de la diáspora en 2018 y, según el canciller Hugo de Zela, “no estamos en condiciones de recibir un número mayor en estos tiempos”.

El canciller también descartó la viabilidad de establecer un corredor humanitario para el retorno a Venezuela, al señalar que ello implicaría coordinaciones con Ecuador y Colombia que aún no se han realizado, lo que reduce las alternativas para quienes permanecen en la frontera.

Como única salida, se anunció la conformación de un grupo de trabajo binacional que evaluará casos específicos de personas en situación de vulnerabilidad para aplicar medidas basadas en el derecho internacional humanitario, de acuerdo con lo indicado por el presidente Jerí.

Boric felicita a Kast tras su triunfo en la segunda vuelta de las presidenciales. Foto: EFE
Boric felicita a Kast tras su triunfo en la segunda vuelta de las presidenciales. Foto: EFE

Mientras tanto, Colchane, localidad fronteriza con Bolivia, aparece como un destino alternativo para algunos migrantes, lo que podría incorporar a un segundo país en una dinámica regional marcada por el temor ante la llegada de Kast al poder.

Desde Chile, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, negó que exista una crisis migratoria en curso y afirmó que no se ha registrado un aumento en los flujos en los últimos días, indicando que las cifras de noviembre en el paso de Chacalluta son menores a las del mismo mes del año pasado.

Sin embargo, para el Perú, el triunfo de Kast ya tiene un efecto concreto: presión en la frontera sur, despliegue militar y un escenario de coordinación regional que se vuelve clave ante un cambio político en el país vecino.

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