El mundo vuelve a mirar a Medio Oriente. Después de dos años de guerra, Israel y Hamás acordaron firmar la primera fase de un plan de paz que busca poner fin al devastador conflicto en Gaza. El pacto, impulsado y anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incluye la liberación de todos los rehenes, el retiro de las fuerzas israelíes y el inicio del ingreso de ayuda humanitaria al territorio palestino.
Trump, fiel a su estilo, fue el primero en anunciarlo a través de su red Truth Social. “TODOS los rehenes serán liberados pronto e Israel retirará sus tropas a una línea acordada, como los primeros pasos hacia una paz fuerte, duradera y eterna”, escribió. Minutos después, tanto Israel como Hamás confirmaron el acuerdo, que será firmado este jueves en Egipto, con mediación de Qatar y Egipto.
Según fuentes del grupo islamista, la primera fase prevé que Hamás libere a 20 rehenes de una sola vez, a cambio de unos 2000 prisioneros palestinos, entre ellos 250 condenados a cadena perpetua. El intercambio deberá concretarse en las 72 horas siguientes al inicio del alto al fuego.
El anuncio representa la primera gran victoria diplomática de Donald Trump en su nuevo mandato. Desde la Casa Blanca, el mandatario afirmó que se trata de “un gran día para el mundo árabe y musulmán, Israel, las naciones vecinas y Estados Unidos”. A su lado, el secretario de Estado, Marco Rubio, le entregó una nota urgente instándolo a publicar el anuncio antes que otros líderes.
En paralelo, Hamás emitió un comunicado en el que reconoció los esfuerzos de Trump, Catar, Egipto y Turquía. Aseguró que el acuerdo “pone fin a la guerra de exterminio contra el pueblo palestino” y pidió a Washington que supervise su cumplimiento para evitar que Israel incumpla su parte.
“Los sacrificios de nuestro pueblo no serán en vano”, señaló el grupo armado, que también insistió en su derecho a la autodeterminación. El pacto contempla, además, el ingreso inmediato de ayuda humanitaria y el retiro progresivo del Ejército israelí de la Franja de Gaza.
Desde Jerusalén, el primer ministro Benjamin Netanyahu se limitó a decir: “Con la ayuda de Dios, los traeremos a todos a casa”, en referencia a los rehenes. Luego anunció que convocará a su gabinete para aprobar formalmente el acuerdo y garantizó que Israel “hará lo necesario para proteger su seguridad”.
El fiscal general israelí confirmó que aún se trabaja en la verificación de las listas de rehenes y prisioneros, mientras que Hamás advirtió que cualquier incumplimiento será interpretado como una violación del pacto. Aun así, ambas partes coinciden en que este es el primer paso hacia el fin de la guerra.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, celebró el anuncio y pidió a las partes respetar íntegramente los compromisos. “Todos los rehenes deben ser liberados de manera digna. Debe alcanzarse un alto el fuego permanente”, declaró. La ONU aseguró estar lista para reforzar la ayuda humanitaria y participar en la reconstrucción del territorio palestino.
El plan de paz propuesto por Trump consta de 20 puntos, que incluyen un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes, el canje de prisioneros, el retiro gradual de tropas israelíes y el desarme de Hamás. Sin embargo, el grupo palestino evitó mencionar este último punto en su comunicado oficial.
Las negociaciones se desarrollaron durante semanas en El Cairo, con presencia de delegaciones de Hamás, la Yihad Islámica, el Frente Popular para la Liberación de Palestina y representantes de Estados Unidos. Según fuentes diplomáticas, la mediación de Qatar y Turquía fue clave para destrabar las diferencias de última hora.
El pacto llega a pocos días del segundo aniversario del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, que dejó más de 1200 muertos en Israel. Desde entonces, la ofensiva israelí en Gaza ha causado más de 67 000 muertes, según datos del Ministerio de Salud palestino administrado por Hamás.
Aunque la firma del acuerdo abre una puerta a la esperanza, la paz definitiva aún está lejos. Las heridas son profundas y la desconfianza entre ambos pueblos, enorme. Pero, al menos por ahora, Medio Oriente respira un poco de calma… y el nombre de Donald Trump vuelve a ocupar el centro del tablero mundial.
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