Roma. [EFE]. Paola desinfecta uno a uno los souvenirs que vende en su tienda con muchas ganas de reabrir este lunes, pero con escepticismo ante la falta de turismo, la peluquería de Marzio ya está al completo de reservas toda la semana, mientras que Alessandro no abrirá por el momento su céntrico restaurante. Desde mañana una Roma sin turistas intenta recuperar una parte de su normalidad.
Desde este lunes tras dos meses y medio de cierre por la pandemia, en toda Italia podrán reabrir los grandes y pequeños establecimientos comerciales siguiendo estrictas medidas de seguridad, pero no todos lo harán o por cuestiones económicas o porque con tan sólo pocas horas de preaviso no han podido organizarse.
En Roma, con 29 millones de turistas extranjeros al año, muchos de los comercios están dedicados al turismo por lo que a pesar de que tienen la posibilidad de abrir no lo harán o lo harán envueltos en el pesimismo.
Del silencio abrumador de los días pasados, en la Ciudad Eterna es visible estos días el ajetreo en el interior de las tiendas entre limpieza y preparación de escaparates y los restauradores que con el metro en mano distancian las mesas de sus locales.
Se habían pedido hasta cuatro metros de distancia entre las mesas, ahora basta solo uno o una barrera divisoria. Vuelta a empezar.
Vuelve la misa
Don Pietro se ha encaramado los pasados domingos al campanario de San Salvatore in Lauro una de las iglesias monumentales del centro de Roma para seguir dando misa “a quien le llegase” la voz.
Ahora ya podrá bajar para volver a la misa diaria “que tanto esperan” sus fieles, pero “con prudencia” y recomendando a los ancianos que se queden en casa.
Tiene todo preparado. “Hemos comprado los geles desinfectantes que colocaremos a la entrada, los productos de limpieza para usar entre una mesa y otra y hemos separado los bancos, y los domingos daremos misa en la plaza para que pueda venir más gente”, explica a EFE.
“Hay mucha expectación ante la apertura del lunes, pero veremos qué pasa porque no puedo dejar entrar a más de 65 personas. Estoy seguro que se llenará”, asegura, y añade que se celebrará “respetando escrupulosamente las normas por el bien de nuestra salud y de la de los fieles, porque todos estamos en la misma barca”.
Comenta que ante la obligación de guantes y mascarilla a la hora de dar la comunión para no entrar en contacto con las manos de los fieles ha comprado una “pinza litúrgica” para dar la ostia como las que autorizó el arzobispo de Milán San Carlo Borromeo durante la epidemia de peste en 1576.
Los restaurantes de una ciudad sin turistas
La Trattoria “Orso 80” se encuentra en pleno centro de Roma, entre Plaza Navona y el Pantheon, y su propietario Alessandro Valeri lleva semanas limpiando y moviendo las mesas para distribuir los espacios, pero mañana cuenta con pesar a EFE que no abrirá, al igual que muchos de los restaurantes de la zona.
“Vendré al restaurante como hago cada mañana, pero por el momento no abriré. Las reglas no son claras, las multas son enormes y sinceramente en una ciudad vacía de turistas no tendré clientes”, afirma Valeri, que esperará para abrir al igual que muchos otros restauradores del centro de Roma.
“Teníamos el restaurante ya reservado durante todos estos meses y también los próximos. Ahora no hay nadie, mi clientela es principalmente turística. ¿Para quién abro ahora el restaurante?”, lamenta.
Y es que uno de cada tres restaurante, bares y locales gastronómicos de la capital no abrirá, según un informe del Centro de Estudios de Unimpresa.
Aunque otros restaurantes de la capital llevan abiertos ya una semana para llevar comida y desde el lunes también se han organizado para reabrir al público separando las mesas o disponiendo barreras de plexiglass entre las mesas.
Reabren los centros comerciales y las pequeñas tiendas
Barbará se mueve arriba y abajo por su pequeña tienda del barrio de Fonte Meravigliosa de Roma, un negocio de moda de mujer con clientas de toda la vida y que ha hecho de todo para reabrir con seguridad para responder a la confianza que ya le han manifestado sus compradoras habituales.
Está montando el escaparate con las novedades que han llegado y enseña el moderno probador que higieniza la ropa. Tiene muchas ganas de recuperarse sobre todo económicamente de estos dos meses sin ingresos.
El barrio de Borgo Pio, adyacente al Vaticano repleto de restaurantes, bares y tiendas de artesanía y souvenir se ha convertido en estos días en un auténtico desierto.
Ante la noticia de que desde el lunes se puede abrir, Paola ha regresado a su tienda y limpia con cuidado uno a uno cada uno de los objetos que ofrece su negocio de recuerdos.
“Nos preparamos a reabrir con la esperanza de que vuelan los turistas. Esta zona es preferentemente turística y sabemos que los turistas no llegaran pronto, pero lo esperamos. Estamos preparando todo con tanta ganas de trabajar y volver a empezar”, dice a EFE sonriendo bajo la mascarillas que como todos los comerciantes estará obligada a llevar.
Las tiendas al lado de la de Paola no abrirán y así lo expresan en los carteles en sus escaparates en los que piden ayudas al Gobierno: “No podemos abrir por la falta de turismo”.
Trabajo a destajo para las peluquerías
Marzio hace un parón en sus actividades de desinfección de su barbería y peluquería y explica a EFE que no ve la hora de que llegue el lunes a las 11.00, la hora prefijada para este tipo de tiendas y evitar congestiones en los transportes, para abrir. Ya tiene todo reservado esta semana.
“Ahora tenemos que dar la cita y por ahora he dado una cada 45 minutos para la posibilidad de desinfectar entre cada servicio. Ayer empezamos a dar citas y ya tenemos toda la semana llena... por fortuna”, explica y afirma que después de dos meses y medio parado no le va a importar terminar cada día a las 21.30 de la noche. El nuevo horario marcado por el ayuntamiento.
Sobre este periodo explica que “decir que han sido duros es un eufemismo”, pues han tenido que contar con la ayuda de familiares y agradecen al propietario del local que les ha concedido una rebaja del alquiler.
Pero su familia ha tenido que vivir con los 600 euros del mes de marzo que dio el Gobierno ya que el dinero de abril y de mayo no ha llegado. Además ahora entre desinfectantes, guantes y mascarillas y material desechable será un gasto más.
También los centros de belleza se preparan a abrir con muchas más prohibiciones y obligaciones, como por ejemplo la máscara de protección facial. “Seremos como cirujanos en un quirófano”, aseguran en un centro estético.
Algunos museos abren para dar sensación de normalidad
La apertura de los museos de Roma comenzará gradualmente el martes 19 de mayo -normalmente los lunes estaban siempre cerrados- con los Museos Capitolinos y el Palacio Braschi, con la exposición ‘Canova, belleza eterna’ que se prolongará hasta el 21 de junio, y el PalaExpo con las dos exhibiciones que estaban en acto en el momento del cierre.
A finales de mayo se espera que abra el Coliseo y a partir del 2 de junio, el resto de los 20 museos municipales volverá a abrir al público.
Para los visitantes, la reserva en línea será obligatoria, en la entrada se medirá la temperatura y se requerirá la obligación de usar una máscara.
“Reabrimos para dar la señal de que la vida comunitaria puede reanudarse después de estos meses caracterizados por la epidemia”, explicó en una videoconferencia el teniente alcalde de Roma y responsable de Cultura Luca Bergamo.
Sin turistas, los museos y la ciudad la podrán volver a disfrutar solo los romanos.