Si te roban estando borracho, tu testimonio pierde validez. Así le pasó a Edgar Huamán Bustamante. Él sufrió el robo de 800 dólares, su documento de identidad y varias tarjetas de crédito cuando regresaba a su casa en un taxi.
Según su testimonio, el taxista que lo transportaba hasta su domicilio le apuntó con un revólver y le robó sus pertenencias. Más adelante, la policía detuvo al taxista, identificado como Carlos Hernández Anaya. El supuesto ladrón fue condenado a 8 años de cárcel en 2015.
Aquí es donde todo se complica. La defensa del taxista apeló la decisión de la Cuarta Sala Penal, invocando el derecho a la presunción de inocencia. De acuerdo a la defensa, la sentencia se basa únicamente en la declaración del agraviado y, debido a que se encontraba en estado de ebriedad cuando sucedió el robo, no podría ser considerada como prueba suficiente.
Así fue como el testimonio de Edgar Huamán fue desestimado y su supuesto agresor salió libre. La Primera Sala Penal Transitoria resolvió que, como el testimonio del agraviado presentaba algunas inconsistencias y podría estar afectado por el estado de ebriedad de Huamán, no podía ser considerado como prueba suficiente para encontrar culpable al taxista.
No sucede lo mismo si es que te roban estando en tus cinco sentidos. Si sufrieras un robo estando sobrio, tu testimonio sería suficiente para levantar el derecho de presunción de inocencia y tu agresor sería encontrado culpable.
Así que ya sabes, si tomas, no manejes o subas a algún tipo de transporte no seguro. Si llegas a sufrir algún robo o agresión, tu testimonio no será suficiente para detener a tu agresor. Además de los peligros evidentes a los que se expone una persona en estado de ebriedad en una sociedad tan insegura como la nuestra.
Cabe resaltar que las aplicaciones de taxi, muy utilizadas actualmente, no son necesariamente seguras. El modelo de negocio de estas aplicaciones las vuelve únicamente en un intermediario entre los taxistas y los clientes, librándose así de responsabilidad frente a un eventual robo o agresión.
Es preferible esperar a que los efectos de alcohol pasen o ir acompañados de una persona de confianza, que nos pueda ayudar ante algún evento violento (o al menos sirva de testigo). Es importante tomar las medidas de seguridad necesarias para no convertirnos en la siguiente víctima de la inseguridad ciudadana.
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