Desde hace 25 años, el restaurante El Pichito es el encargado de hacer disfrutar a los comensales con los más sabrosos y exquisitos platos selváticos, siendo el Arroz chaufa, agua y tierra el más aclamado por todos.
Este potaje combina los sabores amazónicos del chicharrón de paiche y el lomo de chancho a la parrilla, con ingredientes orientales como la cebolla china, sillao, entre otros los cuales mezclados con arroz, son una verdadera delicia.
“Nuestro chaufa es bien contundente y en el poco tiempo que está en la carta, ya tiene muchos seguidores. La combinación de sabores es única”, cuenta Fernando Arévalo, cocinero principal de El Pichito.
Junto a estos ingredientes, una tortilla de huevo complementa el plato. “El huevo es básico en el chaufa, pero acá también tenemos la opción de que vaya montado. Una delicia”, agrega Arévalo.
Una vez servido, una delicada lluvia de ajonjolí tostada y una salsa agridulce preparada con insumos secretos, hacen que este plato sea más irresistible.
Si desea contrarrestar el frío que azota la capital con algo distinto, está el Inchicapi de gallina, una sabrosa sopa selvática a base de gallina de corral, maní y harina de maíz recién molido.
Pero la base de esta delicia es el sacha culantro, una hierba muy parecida al culantro que le da un sabor y aroma especial, el cual combinado con la yuca y toques de ají dulce, hace que cualquiera caiga rendido ante ella.
“El inchicapi se hace con gallina de corral, sino no es inchicapi. Ahí está el encanto del plato”, asegura el cocinero que dejó su pasión por la arquitectura, para estar entre ollas y fogones.
Ahora sí su pasión es probar nuevos sabores, no deje pasar el Festival de empanadas amazónicas las cuales son una verdadera caja de sorpresas traídas desde nuestra selva a base de una rica masa de yuca.
Está el ají de cecina, una nueva propuesta que es un pecado no probarla. También tenemos la empanada con queso y orégano, la revuelta de chorizo amazónico y el saltado de cecina.
Todas ellas deben ser acompañadas con el infaltable ají de cocona de la casa.
Para saborear estas maravillas, solo debe acudir a El Pichito en cualquiera de sus dos sedes en La Molina (Ca. Los Mangos 155) y Breña (Av. Gral. Vida 803), no se arrepentirá.