Por: Eduardo Abusada Franco
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Durante centurias el objetivo de los alquimistas de la Edad Media fue encontrar la legendaria ‘piedra filosofal’, aquella capaz de transformar los metales innobles —como el plomo— en oro; y a la que se le atribuía también poseer el secreto del rejuvenecimiento y la eterna juventud. Para los que creemos en la ciencia, esto es solo un bonito cuento.
No obstante, también para los que creemos en la ciencia, hay otros que han encontrado su propia fuente de la juventud: el trabajo, el estar siempre haciendo algo, el nunca dejar de tener sueños. Ya lo escribió el extrañado Julio Ramón Ribeyro así: “Ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante: he allí una forma para ser feliz”
Uno de ellos es don Carlos Casassa. Con 80 años a cuestas —bien vividos— administra, junto a su esposa Zaida Ortega —su compañera desde hace 40 años— la heladería ‘La Fiorentina Gelatería’. Ya tienen 7 años con esta aventura y mantienen el ímpetu de chiquillos adolescentes.
“Prefiero estar acá haciendo algo, ¿qué voy a hacer en mi casa?, ¿ver televisión? Me aburro. Acá me entretengo”, nos cuenta don Carlos. Y fue así que él, como buen hijo de italianos, país famosos por mejorar el helado que lo inventaron los chinos, decidió hacer de la afición que tenía a los helados desde niño, un verdadero negocio.
Aprendió junto a maestros del oficio y descubrió, como él dice, que “el helado se puede hacer de cualquier cosa, siempre que balancees bien los ingredientes”.
De tal manera, salieron los sabores estrellas de ‘La Fiorentina’, que son el de ají, el de kion y el de albahaca. He pasado innumerables veces por este bulevar de Surquillo donde está este huarique, pues 3 o 4 veces por semana vengo al mercado que está justo al lado a hacer mis compras, pero fue para nuestra nota del huarique de los viernes que me animé a probar el helado de ají.
Ya antes habíamos reseñado en este espacio una cremolada muy buena que está tan solo a la vuelta, las de Alice. Así que ahora tocaba el helado. El local es chico, con banquitos afuera, pero muy ordenado y limpio. Es más, don Carlos me invitó a ver el taller interno y es extremadamente limpio. Tienen 51 sabores, incluidas paletas variadas como la de tuna. Son recetas caseras, es decir, helados artesanales sin adiciones químicas.
Hablando particularmente del helado de ají, pues me pedí una bola de este sabor y otra de kion, debo decir que me sorprendió gratamente. Cremoso, y dulce, acabando al final de cada bocado con un ligero picor. A su vez, sentí una breve sensación a crema de huancaína. En suma, un sabor nuevo e interesante, a la vez que muy rico. Respecto al de kion, me cuesta describirlo en palabras.
Solo diré que sabe a kion, pero dulce… tienen que probarlo ustedes mismos. El sabor de albahaca me quedó pendiente. Será para la próxima, pues pienso regresar. Provecho.
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DATOS ÚTILES
- Huarique: ‘La Fiorenatina Gelatería’.
- Plato recomendado: Helado de ají, kión o albahaca.
- Precio: S/ 6 por bola, o a S/ 10 por dos bolas.
- Dirección: Jr. Colina 580, Surquillo (justo en pleno bulevar al lado del Mercado N° 1).
- Horario: De 11 am a 7 pm de lunes a sábado; y los domingos de 10 am a 6 pm.
- Teléfono: (01) 447-1338