Carreteras sin señalización, constantes huecos de gran profundidad y mucha imprudencia es lo que se vive en las carreteras del norte del país. A casi un año de los tristes sucesos provocados por los huaicos, la reconstrucción prometida por el Gobierno no parece tener fecha de inicio.
La carretera que conecta Piura y Tumbes es el claro ejemplo del caos que vive gran parte del norte peruano. Los veraneantes, que en estas fiestas quisieron llegar a destinos tan turísticos como Máncora y Punta Sal, tuvieron que superar una serie de obstáculos que pudieron llegar a poner en riesgo su vida.
Por un lado, los gigantescos huecos que presenta la carretera hacen que transportarse en ella sea muy complicado. Constantemente, los conductores tienen que invadir el carril contrario para evitar golpear su vehículo con uno de los huecos. Esto genera un desgaste mucho mayor en los autos o, lo que es peor, puede convertirse en la causa de un lamentable accidente.
Además, la falta de señalización y resguardo policial convierten la carretera en un lugar aún más peligroso. La oscuridad de la noche y el precario estado de la pista, pueden ser aprovechados por los ladrones. La falta de efectivos policiales en la zona hace más probable que los conductores sean víctimas de robos.
Sin embargo, al otro lado de la moneda, se encuentran la imprudencia y temeridad de los conductores. A pesar de que el estado de las pistas dificulta el tránsito y aumenta el peligro, algunos conductores realizan maniobras que no solo exponen su vida, sino la de los demás.
¿HASTA CUÁNDO SEGUIRÁ ASÍ LA SITUACIÓN?
Luego de que se determinaran los daños causados por los huaicos, a inicios de 2017, el presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, se comprometió a realizar la reconstrucción inmediata de las zonas afectadas. Sin embargo, ha pasado casi un año y la situación no mejora.
En 2015, la carretera que une Sullana y Tumbes fue reparada. Luego de 32 años de espera, los norteños por fin recibieron la tan esperada reparación de la vía, que había sido afectada por las fuertes lluvias de 1982 y 1998. Sin embargo, estas reparaciones quedaron nuevamente destruidas por otro periodo de lluvias.
Trome intentó comunicarse con los representantes de Provias Nacional y el Zonal Piura - Tumbes. Sin embargo, las comunicaciones no tuvieron éxito. Hasta el momento, los representantes no han informado qué medidas se están tomando para manejar la situación de las carreteras del norte.
Se conoce que las vías estarían pasando por un mantenimiento rutinario, a la espera de la licitación para la reconstrucción de las carreteras, que serían realizados por la empresa privada. Sin embargo, las fechas para esto no están claras y, hasta el momento, las pistas siguen estando en mal estado y significan una bomba de tiempo para todo aquel que las use.
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