Mamita trabaja para sacar adelante a sus hijos. Fotos: Trome.
Mamita trabaja para sacar adelante a sus hijos. Fotos: Trome.

Con su uniforme naranja y gris, guantes gruesos, casco fuerte que resiste cualquier golpe y su pala y escoba, Irma Huanca Mamani recoge escombros y desmonte en diferentes calles de Lima para una empresa formal de gestión integral de residuos (Innova Ambiental). Vecinos y peatones la miran con sorpresa, pero ella sigue imparable en la faena, desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde, para sacar adelante a sus cuatro hijos de 18, 16, 14 y 2 años de edad.

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Es una mujer y mamá luchadora

Y es que esta corajuda puneña quedó viuda hace dos años y desde entonces se convirtió en padre y madre para sus engreídos. “Vine a Lima a los 17 años y desde entonces no he parado de trabajar. Tuve a mis hijos y cuando pensé que todo me estaba yendo bien, mi pareja falleció (se quiebra su voz). No podía derrumbarme, tenía que ser fuerte y luchar por mi familia. Seguí trabajando en Innova Ambiental, pero como en la empresa uno tiene que rotar de área, desde hace siete meses me tocó recoger los escombros que dejan las manifestaciones (huelgas y marchas) y el desmonte en las calles”, contó esta mamita de 40 años.

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A veces Irma quiere ‘tirar la toalla’, pero mira sonreír a sus hijos y se recarga de energías. Antes de salir a las calles ella deja preparado el desayuno y almuerzo, por eso se levanta a las 3 de la mañana. “Mis hijos mayores me ayudan en casa y gracias eso puedo descansar un poco. Varias veces me han dicho que mi trabajo es difícil, que les da miedo que me pase algo, pero yo les digo que estaré bien y que no me intimida el trabajo duro. Por eso cada mañana, antes de que me vaya, me dicen: mamita con cuidado nomás”, expresó.

Recorre diferentes lugares de Lima. Fotos: Trome.
Recorre diferentes lugares de Lima. Fotos: Trome.

El ritmo del trabajo

Una vez que sale de su casa, se dirige a su centro de labores, se alista y mira qué zonas son las que debe limpiar. Su labor es colocar los escombros como papeles, bolsas, cartones y maderas, así como el desmonte (tierra, cemento y ladrillos partidos), en costales para que la maquinaria pesada lo levante y coloque dentro de un camión, y luego sea llevado al relleno sanitario Portillo Grande, que está autorizado por el Ministerio de Salud y las municipalidades.

Actualmente es la única mujer que realiza esta labor de manera formal en Lima. Al igual que otras mujeres, no ha sido ajena a conductas machistas por parte de algunos trabajadores varones. “A mí no me importa lo que digan los demás. Yo hago bien mi chamba y listo. Siempre habrá murmuraciones, pero lo bueno es que con las personas que trabajo actualmente nos apoyamos y somos un equipo”, señaló.

Trabaja con sus fieles compañeras: una pala y su escoba. Fotos: Trome.
Trabaja con sus fieles compañeras: una pala y su escoba. Fotos: Trome.

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