No importa dónde sea, una exclusiva discoteca de Miraflores, un alejado restaurante de Ate, o una simple cantina en algún otro distrito de la capital, ellas están en todas partes, listas para el ataque a veces solas, a veces en grupo. Cada una, quizás, con una forma de actuar diferente, pero con el mismo objetivo: robar lo que se pueda a su víctima. Son las ‘peperas’ y, según estadísticas de la Policía Nacional, cada fin de semana, tres a cuatro varones caerían en sus garras y en muchas ocasiones terminan en la cama de un hospital.
Edward y Jesús, nombres ficticios de los protagonistas de esta historia, son dos muy buenos amigos que se conocen hace años y que tuvieron la desdicha de toparse con estas mujeres. Salieron a distraerse un sábado por la noche a un local de la calle Manuel Bonilla, Miraflores, y terminaron perdiendo todo lo que con esfuerzo compraron.
“Ellas se presentaron como Sofía, quien dijo ser madre de una menor de cuatro años, y Jenifer, que decía ser estudiante de administración de turismo y hotelería de una conocida universidad. Señalaron tener 22 años”, contaron.
Como suele suceder en este tipo de casos, las ladronas adoptan diferentes ‘fachadas’ por lo general siempre falsas.
Luego de insistir con diferentes motivos para embaucarlos, las féminas consiguieron que las lleven a su departamento en San Juan de Lurigancho. Una vez dentro, hicieron lo que mejor saben hacer: aprovechar una distracción para echar un somnífero en un vaso de cerveza.
Ambos perdieron el conocimiento y una hora después, al despertar, su problema no solo fue un dolor de cabeza.
Las rateras se llevaron prendas de abrigo, tan necesarias con este frío, sino también computadoras portátiles, Iphone, billeteras con dinero, relojes inteligentes, tarjetas de banco, valorizados en 15 mil soles. Las cámaras de vigilancia grabaron sus rostros al huir incluso una de ellas se fue con su lata de cerveza.
Afortunadamente, ellos salvaron de morir, pero hay quienes no tienen esa suerte.
Y precisamente, Los Olivos, Ate, San Martín de Porres y Comas son los distritos donde la Policía ha registrado hallazgos de cadáveres. Hallazgos que muchas veces se confunden con personas que fallecen por ingesta de alcohol o causas naturales. Como se sabe, en la mayoría de las víctimas de ‘pepeo’ no se visualizan lesiones físicas externas.
VERGÜENZA O INFIDELIDAD
Tener una estadística exacta de cuántas personas han sido ‘pepeadas’ es imposible pues muchos de ellos no denuncian por diversos motivos. Uno, quizás el principal, por vergüenza ya que son pocos a los que les gusta hacer todo el trámite policial que abarca.
Otro motivo es evitar problemas familiares pues algunas víctimas tienen parejas y no quieren que éstas se enteren.
Un tercer motivo es evitar la burla por parte de terceros.
El primer caso ocurrió en mayo último, pero semanas atrás un mototaxista también fue víctima de las ‘peperas’ en la zona S de Huaycán, Ate. Acudió a un bar por unos tragos y salió directo a un nosocomio. Los doctores lo salvaron. Perdió el dinero que había ganado a lo largo del día, una cadena, reloj y celular. Un parte policial de su auxilio es lo único que existe de ese caso pues él prefirió no denunciar. En el caso de él, una mujer lo abordó haciéndose pasar como una pasajera.
SE HACEN CIRUGÍAS
Para estas delincuentes, la pinta es lo de menos, solo les interesa lo que puedan obtener. En este caso, la víctima vestía de manera ‘acharlada’ es decir de manera elegante.
Según la Policía, la indumentaria de marca, joyas, cadenas o costosos relojes que uno pueda llevar puede ponerte como objetivo de estas malas mujeres.
Hace años, el coronel de la Policía, Víctor Revoredo, cuando era jefe de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri, desarticuló varias bandas de ‘peperas’ y descubrió que la integrante de uno de estos clanes se había realizado operaciones quirúrgicas para tener mejor aspecto físico.
Y es que si bien, algunas ‘peperas’ actúan solas, otras no. La mayoría cuentan con ayuda de cómplices femeninas y por lo general de alguien que las transporte. Un taxista, mototaxista o chofer particular dependiendo de la zona. En febrero del 2023, una banda de ‘peperas’ cazó a su víctima a la salida de una discoteca de Miraflores, a la espalda de la municipalidad de ese distrito, y en carro lo llevaron hasta Ate. Horas después fueron capturados.
CADENA PERPETUA
Un caso que marcó un hito ocurrió en diciembre del 2020. Dos amigos se reunieron con dos chicas en un cuarto de San Juan de Lurigancho sin saber que éstas le introducirían benzodiacepina en una de sus bebidas. El resultado fue que uno de ellos murió, el otro supervivió y las ‘peperas’ fugaron.
En el 2023, ya capturadas, Yuly Zegarra fue sentenciada a la pena de cadena perpetua mientras que su cómplice Luisa Sánchez condenada a 28 años de prisión. El delito fue delito contra el patrimonio - robo agravado, con subsecuente muerte de una de las víctimas.
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