A la izquierda: Anyi González, venezolana de 23 años, que llegó al país con engaños y pese a que quiso escapar de una mafia de trata de mujeres no pudo. A la derecha: Rania Ortiz, su compatriota de 18 años, cayó en manos de otra organización. Ambas fueron encontradas calcinadas en diferentes distritos de Lima.
A la izquierda: Anyi González, venezolana de 23 años, que llegó al país con engaños y pese a que quiso escapar de una mafia de trata de mujeres no pudo. A la derecha: Rania Ortiz, su compatriota de 18 años, cayó en manos de otra organización. Ambas fueron encontradas calcinadas en diferentes distritos de Lima.

En su cuenta de TikTok, ella destilaba belleza y alegría en cada vídeo que subía. Sonrisas acompañadas con comedia y pasos de bailes que, en este mundo cada vez más digitalizado, le hicieron ganar ‘likes’. Quizás, sus más fieles seguidores creerían que todo era felicidad en su vida, pero nada más lejos de la realidad. Había caído en manos de estas mafias de explotadores sexuales. Mafias que destrozan la vida de sus víctimas por dentro y por fuera, mafias de las que muchas no logran escapar, pero que si lo hacen no es por mucho tiempo, lastimosamente las alcanzan y las hacen pagar con sangre.

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Anyi Daniela González Vega era una venezolana que a sus 23 años tuvo que aprender a lidiar sola con este calvario que mata lentamente. Ella no buscó formar parte de estas organizaciones, fueron los tentáculos de ésta los que la atraparon a base de mentiras. Una vez dentro, ya no pudo recuperar su libertad.

En este descampado de Carabayllo fue encontrada Anyi González una mañana de abril. La asesinaron de madrugada. Algunos vecinos dijeron haber escuchado gritos, pero no salieron de sus casas por temor.
En este descampado de Carabayllo fue encontrada Anyi González una mañana de abril. La asesinaron de madrugada. Algunos vecinos dijeron haber escuchado gritos, pero no salieron de sus casas por temor.

De acuerdo a las últimas investigaciones, llegó al Perú por intermedio de una amiga que le habría ofrecido trabajo en un local de comida. Ella, por ganar un dinerito más para apoyar a su familia, aceptó. No importaba si tenía que trabajar en limpieza porque todo trabajo es decente. Sin embargo, las cosas cambiaron en el camino. Los criminales tomaron su vida como si les perteneciera a ellos y la trataron como un objeto. La llevaron a Mala, al sur de Lima, y allí la explotaron sexualmente, según las averiguaciones de la PNP. Estuvo meses amenazada, presionada, coaccionada, no tenía escapatoria.

Solo una persona que haya pasado por esto podría describir esos terribles momentos. Decir “te entiendo” o “te comprendo” es superficial.

Anyi Daniela vivió los días más oscuros de su vida hasta que, por fin, pudo escapar. Lo que haya pasado por su cabeza no se va a saber, pero, posiblemente, haya pensado en irse lo más lejos posible. De ella, su familia no supo más.

El 15 de abril del 2024, el hallazgo de un cuerpo completamente calcinado asustó a los vecinos de Carabayllo. En medio de la tierra, al lado de un parque. A vista y paciencia de cualquier transeúnte. Sujetos la llevaron en un auto, al parecer aún con vida, y la quemaron en el lugar. Antes de eso, sus verdugos la mataron y luego utilizaron gasolina porque a pocos metros se halló un embudo para ese tipo de líquidos.

Según las autoridades, los asesinos arrojaron un embudo para gasolina y una mochila en la escena del crimen.
Según las autoridades, los asesinos arrojaron un embudo para gasolina y una mochila en la escena del crimen.

No tenía documentos por lo que estuvo sin identificar. Los días pasaron hasta que su familia lo hizo en la morgue central de Lima.

Según la Policía, la joven intentó ocultarse de estos delincuentes y creyó que no la buscarían. Grave error. La mafia nunca olvida. Ahora su familia solo quiere justicia para que ella pueda descansar en paz. La Dirincri está tras los pasos de los homicidas. En redes sociales, desde un primer momento, el pedido fue único: ¡Justicia para Anyi!

TAMBIÉN CON ENGAÑOS

Las mismas mentiras que hicieron caer a Anyi González en manos de estos malditos se aplicaron en el caso de Rania Andreina Ortiz Parra (18).

Ella también fue hallada carbonizada, pero los primeros días de abril del 2024 en el límite de Pachacámac y Lurín. Posiblemente no sea la misma mafia que captó a Anyi, pero la modalidad es similar. La trajeron de su natal Venezuela para trabajar en un restaurante en el 2023.

El rumor de un robo al interior de esta red habría sido su sentencia de muerte. A ella la identificaron por un collar en forma de corazón con el que siempre se filmaba y por un piercing en el ombligo.

Con dichas especies aparece en los vídeos que grabó para su TikTok. El reggaetón era su preferido y ello encandilaba a sus fans. Más de 16 mil personas la seguían cuando hizo su último clip en abril.

Rania Ortiz fue encontrada días antes que Anyi González y fue identificada por la cadena que llevaba en el cuello y un piercing en el ombligo.
Rania Ortiz fue encontrada días antes que Anyi González y fue identificada por la cadena que llevaba en el cuello y un piercing en el ombligo.

VÍDEOS POR WHATSAPP

Para las autoridades, estas mafias actúan con crueldad y no tienen miedo a lo que puede pasar después. Según se supo, los vídeos de cómo terminaron ambas víctimas circularon por grupos de WhatsApp en una clara advertencia hacia aquellas mujeres si es que intenten escapar o denuncian los abusos.

Ambos casos, así como la muerte de ocho varones más hallados calcinados en diferentes puntos de Lima, son investigadas por la Dirincri.

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