El arte no se detiene, crear es una necesidad y la pandemia no ha podido con ese espíritu que siempre busca contar, denunciar, sacar a la luz ese mundo interior que solo los elegidos, pueden plasmarlo en unas líneas. Miguel Ángel Vargas Cancho fue un camarógrafo de Latina, nacido en Ayacucho y ha tenido el coraje de narrar sus vivencias, lo que imagino y lo que podría ser, en un libro titulado: ‘Los años sin sombra’. Un emprendedor de emociones, un periodista de raza y un hombre con ganas de decir las cosas.
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Miguel Ángel, ¿por qué escribes?
Para sentirme vivo
Luego de plasmar un cuento, ¿terminas agotado?
Siento como una satisfacción de haber liberado algo.
¿Desde qué edad lo haces?
De niño me imaginaba historias.
¿Siempre fuiste de contarlas?
Quise hacer cortometrajes y como no tenía presupuesto, los plasmaba en cuentos.
¿Te vengaste de un amor no correspondido?
No hay ni lo uno ni lo otro en mis escritos.
Pero si hay un cuestionamiento a la iglesia, al mismo Dios
Me pregunto si ha creado tantas cosas perfectas, ¿Cómo es qué nos hizo imperfectos?
¿Crees que nos ha abandonado?
No.
¿Lo hemos aburrido?
Un padre que te ama, no se aburre.
César Vallejo decía: ‘Si Dios hubiera sido hombre, sabría ser Dios’
Tuve etapas de cuestionamiento y también tengo mucha fe.
¿Cuál es tu relación con el catolicismo?
Respeto bastante a la gente que es creyente.
¿Entonces?
Me bauticé a los 21 años, consciente, pero cuestiono.
Lo noto en cada línea de tu libro
Estoy en contra del abuso de menores que se ha hecho público, a la hipocresía dentro de la iglesia.
¿Los curas deben casarse?
Si son seres humanos, que tengan familia, en vez de hacer cosas a las espaldas.
Eres ayacuchano
De Huamanguino.
Viviste la peor época del terrorismo
Viví el momento más duro de Sendero Luminoso. Reventaban los coches bomba a cada rato.
Eras un niño en ese tiempo
Se iba la luz y jugaba con mis hermanos a adivinar cuantos estallaban y en qué lugar.
¿Recuerdas un momento especial?
Una vez estábamos en el patio y escuchamos una balacera. Se fue la luz y solo iluminaba los destellos de las balas.
Tienes sangre de periodista
Mi papá lo fue y por ello era amenazado miles de veces.
¿Un recuerdo?
Tenía cuatro años y entró un policía gritando: Sal, que ya sabemos que eres ‘terruco’.
¿Qué hizo él?
Se paró y les respondió: ‘¿A quién le has llamado así? Soy periodista’.
¿Otro recuerdo?
Jorge Sedano vino a casa buscando a mi papá para proponerle viajar a Uchuraccay.
¿No quiso ir?
Estaba de viaje, sino también iba a estar en esa masacre.
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¿En música por dónde te ubicas?
Siempre he escuchado rock en español y huayno
¿Bailas?
No me gusta, pero por mi hija, que los sábados pone su coreografía, lo hago y me sale malazo. Pero la veo feliz y eso me hace bien.
En el camino para ser escritor, ¿miles te dicen qué no puedes?
Me dijeron que debía investigar más y otro qué debería llevar cursos y perfeccionar mi escritura.
¿A quién odias?
A un político corrupto, un cura pedófilo, un padre maltratador.
Recorriste las calles con tu cámara y te has cruzado con varios de ellos
En Villa El Salvador, no aguanté y le metí la cámara a un violador
¿Cómo es la mirada de esos tipos?
Encuentro mucha frialdad y nada de miedo.
¿Una anécdota con los políticos?
Cuando Alejandro Toledo postulaba a la presidencia, iba en la tolva de una camioneta y le sugerí: ‘Candidato, por qué no levanta la bandera’ y me respondió: ‘Gracias hijo’ y siempre lo hacía. Después, cada vez que me veía, lo recordaba.
Un abrazo y que siga la creación
Otro para ustedes y gracias por la entrevista.
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