Gunter Rave es mi amigo desde hace tres décadas. Tal vez más. Nació en Cusco, tiene ascendencia alemana, como su apellido delata. Le decimos ‘Cholito’. ‘El Cholito’. Llegó a Panamericana Televisión aún ‘pichón’, luego de una buena temporada en canal 13, en donde hizo sus pininos y llamó la atención de mis jefes, quienes -con buen ojo. lo contrataron.
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Gunter Rave tenía 26 años cuando hicimos dupla por primera vez y recorrimos la calle. Entonces le vi pasta de avispado, inquieto, pendejo y humilde. Podía conversar tranquilamente con un ministro de Economía y horas después con una mamita de comedor popular. Y con ambos era igual de atento y educado. Mis ojos de pitoniso vieron ahí a un periodista con futuro, que trascendería.
Arrancó como reportero de ‘24 horas’, pero por su talento se lo jalaron a ‘Buenos días, Perú’. Pronto, sus transmisiones en vivo se volvieron la sensación, ¿por qué? Porque explicaba con facilidad las noticias. Tenía ese don de la palabra, de poner en fácil lo enredado.
A todos los que me preguntan sobre Gunter, siempre les digo que es un hombre con un corazón de oro. Cuántas veces lo vi entrevistando a personas muy pobres y tras el corte, se metía la mano al bolsillo y sacaba las monedas o los billetes que tenía. “Mamacita, todo va a estar bien. Esto es para ti”, decía.
Incluso, durante sus transmisiones en vivo, al oír una historia conmovedora, el ‘Cholito’ no aguantaba las lágrimas y lloraba. Yo pienso que tiene la sensibilidad de su madre. Una profesora cusqueña que manejaba un bolocho beige y que durante su recorrido para llegar al colegio donde enseñaba, se detenía a recoger a sus alumnitos.
Parece un hombre serio, formal, pero quienes conocemos al ‘Cholito’ también sabemos que no hay reportero más chacotero que él. Quien lo vacila, recibe su ‘vuelto’.
LECCIONES DE LA VIDA
Muchos fines de semana, luego de jornadas extensas y extenuantes nos íbamos a tomar unos tragos a la ‘Cámara de gas’ o al ‘Agüita de Belén’, points cercanos al canal. Entonces conocí a fondo a Gunter. Puede sonar vanidoso, pero debo decir que lo escueleé para el oficio y para la vida.
“Gunter, este camino es largo. A la meta solo llegan las personas que se esfuerzan, que no pierden la esencia, que ven el periodismo como un puente y no como un negocio. Tú eres un muchacho talentoso y vas a llegar lejos”, le dije una tarde de cervezas y Gunter me abrazó como a un padre.
Ya en el noticiero ‘Buenos días, Perú’, el ‘Cholito’ ingresaba al canal a las 4 de la mañana. Los lunes era costumbre hacer un en vivo desde un puesto de periódicos y él leía los principales titulares. Ahí sucedió lo que tal vez muchos recuerdan y lo que se convirtió en uno de los momentos más épicos de la televisión nacional.
“¡GENARO, PÁGAME LO QUE ME DEBES!”
Jéssica Tapia era la presentadora del programa y antes de darle el pase a Gunter dijo: “Se registra 18 grados centígrados y hay 88% de humedad relativa. De inmediato nos vamos hasta los exteriores de Panamericana. Ahí está Gunter Rave”.
Desde la calle Gunter respondió muy alegre: “Gracias, Jéssica. Una mañana agradable. Pese a que está nublado, la sensación no es tan fría como antes. Quiere decir que ya estamos rumbo al verano 2008…”. De pronto es interrumpido por un encapuchado de polera azul con un cartelito que decía: “Genaro, págame lo que me debes”.
Gunter quedó frío, sin saber qué decir y de inmediato cortaron la transmisión. Yo desde atrás no supe qué hacer. Aunque después no pude soportar la risa.
El susodicho era Gino Dapueto (que en paz descanse), un auxiliar de prensa. Genaro Delgado Parker lo había despedido sin pagarle los beneficios y esa fue su venganza. La escena dio la vuelta al mundo y hasta Jaime Bayly lo entrevistó.
Ya más tarde, al conversar con Gunter sobre lo sucedido, lo noté molesto, furioso. Creía que lo de Dapueto había sido un acto a traición. Pero luego, entre bromas, caímos en cuenta que los reclamos de del compañero eran los nuestros, porque ‘Papaupa’ también nos debía plata. Nos matamos de risa.
Tiempo más tarde, cuando se hizo el cambio de administración (el canal pasó de ser parte de los Delgado Parker a los Schutz), Gunter fue despedido junto a Iván Luyo, José Rocha y Juan Carlos Gambini, los cuatro pilares de los noticieros de Panamericana Televisión.
La ausencia del ‘Cholito’ se sintió de inmediato. Y se lo dije semanas después, cuando nos encontramos. “Tú eres un grande y los grandes siempre caen bien parados, ya verás”, le comenté.
EL REPORTERO DEL PUEBLO
Hoy Gunter Rave es uno de los periodistas más queridos y admirados de la televisión nacional. Sigue siendo el rey de los enlaces en vivo y durante la pandemia se convirtió en el reportero más sensible y pulcro que pueda haber en este país. Mientras otros colegas actuaban como ‘fiscalizadores’ de la buena conducta, él se ponía en los zapatos de la ciudadanía y los comprendía.
Se ha ganado el respeto y la admiración de sus colegas. Los muchachos de las escuelas de periodismo lo llaman para entrevistarlo, para pedir consejos. Él siempre acepta gustoso. Tiene muchas historias que contar.
Gunter Rave, ‘El Cholito’, sigue siendo el hijo preocupado y dedicado. Su mamita es su principal motor. En este oficio siempre se repite la frase: “para ser buen periodista hay que ser una buena persona”. Y él lo es.
Nos vemos el otro martes, siempre en trome.pe. Salgo de comisión.
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