El brutal final de Littlefinger a manos de Sansa y Arya en el último episodio de la séptima temporada de 'Game of Thrones' ha sido alabado por los fanáticos. Sin duda, se trata de una las escenas difíciles de olvidar, pues cuando todo parecía ir de mal en peor entre las hermanas Stark, las intrigas de Littlefinger encontraron otro final. Sí, ni el propio Littlefinger lo vio venir.
Littlefinger, conspirador por naturaleza y hábil en el arte de meter cizaña, nunca se imaginó ser sentenciado a muerte por Sansa Stark y, muchos menos, ser ultimado por Arya Stark. Y es que Littlefinger daba por hecho la desaparición de Arya a manos de Sansa, pero se equivocó tremendamente.
La venganza de las hermanas Stark empieza cuando Sansa pide que lleven a su hermana menor al Gran Salón. Una vez en el salón y ante un ambiente amenazador, Arya le pregunta a Sansa: "¿Estás segura de esto?"
Desde un extremo, apoyado en la pared, Littlefinger sonríe, pero luego de escuchar a Sansa, la sonrisa se le borra del rostro para siempre: Se le acusa de traición y asesinato. ¿Cómo responde a eso Lord Petyr Baelish?
Acusado de haber iniciado la guerra entre los Lannister y los Stark, Littlefinger luce descolocado y dice no entender lo que pasa. Miente una vez más. Y Sansa, por supuesto, ya no es la misma de antes.
Littlefinger clama por su vida. Apela al amor que le tuvo a Catelyn Stark y a la misma Sansa, pero es inútil. "Tú me dijiste que no había justicia en este mundo y que teníamos que fabricarla. Gracias por las enseñanzas Lord Baelish. No las olvidaré", dice Sansa. Y esas son las últimas palabras de la Señora del Norte. A un metro del sentenciado, Arya espera la señal de su hermana. Y finalmente ocurre: Arya degüella a Littlefinger con su propia daga.