Las cosas que hace el amor. Felipe Cabrera es un uruguayo que ama viajar en su bicicleta. Desde muy joven mochileaba por diversos países. Conoció a Melina, una peruana con la empezó a compartir esta pasión y ambos recorrieron Nueva Zelanda y el Sudeste Asiático en este medio de transporte. Sin embargo, como no todo es color de rosa en una relación y tras una discusión, los dos decidieron darse un tiempo. Felipe salió de Lima a bordo de su fiel compañera para llegar a Tingo María, y a pesar del frio lleva pedaleando diez días entre descanso y descanso.
Mirando el Tik Tok hubo un video que me llamó la atención, pues un grupo de chicos había grabado a un turista que iba manejando lento, pero muy alegre en su bici y le costaba un poco subir la cuesta en la zona de Ticlio.
Felipe, ¿De dónde eres?
Soy de Montevideo, Uruguay.
¿Desde cuándo vienes haciendo rutas en tu bicicleta?
Desde muy joven. Con mi novia nos fuimos en el 2016 a Nueva Zelanda y luego a Sudeste Asiático por dos meses. Creamos nuestro perfil de Veganos en Ruta para compartir nuestras experiencias.
Ahora vuelves a emprender otro viaje, pero esta vez solo…
Luego de una discusión con mi enamorada decidí irme en bici para que ella se quede tranquila en casa y tener ambos un tiempo de reflexión cada uno por su lado. Mi novia es fantástica, pero el que tiene dudas soy yo, quiero ver si me cuadra la vida de pareja porque siempre estuve viajando, pero si tengo que escoger pareja ella es la mejor.
¿Cuánto tiempo llevas en Perú?
Estuve a inicios del 2014, luego viajamos a Nueva Zelanda y de ahí al Sudeste Asiático y regresamos en el 2018.
¿Y a qué te dedicas?
Soy terapeuta en tema de higienista, tengo mi página Salud Divino Tesoro.
¿Qué rutas hiciste en Perú?
Esta es mi primera ruta. Salí de Lima con la idea de irme de casa por un tiempo, quería conocer la selva y en el camino me enteré que para llegar a Tingo María tenía que pasar por Ticlio (risas). Este viaje lo hice medio inconsciente y fui yendo lento.
¿Qué tal esta experiencia?
Algunas personas me decían que llegaría a Tingo María en dos días, pero eso lo hace un ciclista que es deportista, en mi caso yo practico el cicloturismo, soy más viajero, por eso voy lento y tranquilo. Iba parando para los descansos y dormir. No soy el único que viaja en las rutas peruanas, me crucé con un colombiano y una pareja de belgas en bicis dobles.
¿Cuál es tu alimentación?
Es a base de frutas. Algunos dicen que se necesita proteína, energía, pero a mí no me hizo falta nada. Estoy bien nutrido y la experiencia me dice que es posible.
¿Cuántos días llevas de viaje?
Empecé el viernes 27 de mayo en la tarde. Fui parando en Matucana para ver a unos amigos y hacer voluntariado en el albergue de animales rescatados de la Granja de la Misericordia y también hice terapias online a mis clientes que ya tenía programados.
¿Por qué elegiste hacer el viaje a Tingo María?
Porque como mucha fruta y me decían que allá hay una gran variedad (risas) y porque me gusta la selva, la última vez, fui con mi novia a San Ramón y La Merced y me encantó.
¿Y cómo haces para descansar?
Tengo una carpa de verano que la uso para zonas donde hay calor, pero en lugares de frío voy a hospedajes.
¿Qué paisajes te gustaron?
Es una pregunta difícil porque los paisajes son alucinantes por todos lados. Hay lugares hermosos antes de Cerro de Pasco y viajar viendo la vegetación y el río es precioso. Vi llamas y alpacas, realmente bonito. Le decía a mi mamá que lo difícil de este viaje es que a cada rato quería parar para tomar fotos.
¿Cómo fue el frío de Ticlio y en bici?
Cuando uno va subiendo la cuesta y se está en actividad físican o es tan duro. Yo me puse doble pantalón, cinco casacas y una especie de bufanda que me tapaba la cabeza y el cuello que me ayudaba. Mi cuerpo generaba calor, pero hubo un momento en que llegué a una zona donde el frío era tan fuerte que aun usando los guantes sentía dolor en las manos. Te cuento que me corté la mano con un cuchillo cuando cortaba una papaya y no le sentí por el frio porque perdí la sensibilidad.
¿Y cómo te sientes?
Es una travesía muy linda, conociendo gente nueva, viendo paisajes. Después de cuatro años que vuelvo a viajar, ya cuando llegue a Tingo María veré si continúo o regreso a Lima.
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