Laurie Lipton comenzó a dibujar como parte de su terapia para poder superar las continuas violaciones que sufrió desde que cumplió cinco años de edad. Lipton ha logrado que sus piezas de arte se convirtieran en objeto de culto en todo el mundo. Su fanpage de Facebook cuenta con más de 100 mil seguidores.
Laurie Lipton tiene su estudio de Los Ángeles y nadie puede imaginar todas las vivencias que ha tenido que pasar. Ahora, a sus 63 años, Lipton luce tímida y callada todo lo contrario a lo que sería el concepto de los amantes de arte del terror o violento. Sus imágenes se han convertido en fotos virales que circulan por todo Facebook.
Sin embargo, Laurie Lipton creció traumatizada. Un hombre abusó sexualmente de ella cuando solo tenía cinco años. El violador había escapado de un hospital psiquiátrico y no tuvo problemas en asaltarla mientras sus amigas miraban sin hacer nada. La artista ha contado parte de su testimonio en Facebook.
“Ese momento cambió toda mi vida”, confiesa Laurie Lipton. “De repente, la realidad se transformó, me empujó hacia afuera. La gente se volvió peligrosa, las cosas incomprensibles. Después de eso era impura”.
La pequeña Laurie encontró el mejor refugio en el dibujo. Las escenas que Laurie Lipton y cuelga en Facebook, son dibujos de hombres ahorcados, cuerpos mutilados, seres terroríficos devorando niños o cadáveres con penes gigantes que se transforman en serpientes.
Actualmente Laurie Lipton participará en el documental ‘Love bites’, que se estrenará este año. “Después del trauma que sufrí encontré refugio en el dibujo… mi psicóloga me dijo que era bueno dibujando y me alentó a seguir haciéndolo”, manifiesta Lipton en una resiente entrevista.
“Ojalá no me sintiera atraída por el blanco y negro, ojalá no me gustara el dibujo… pero es todo lo que sé hacer. Dibujar es todo lo que he hecho en mi vida. No he cocinado, no he tenido hijos… Solo hago esto”, cuenta la artista que se ha convertido en un icono en Facebook.
“Él me hizo artista. Sé que suena muy raro, pero le estoy agradecida. Sufrí, pero ahora estoy muy agradecida. Nunca sabes qué regalo puede venir del sufrimiento. Nunca lo sabes”, sentencia Laurie Lipton.
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