La familia de Evangelina Chamorro –la ‘mujer coraje’ que luchó por su vida y de manera increíble sobreviviٙó al huaico que el pasado miércoles 15 de marzo la arrastraba en la localidad de Pampa Pacta, Punta Hermosa- recuperó a dos de sus cerditos que también habían sido arrastrados por el torrente de la masa de lodo.
Los cerditos fueron entregados hoy a Armando Rivera, esposo de Evangelina Chamorro, en el local de la Gerencia de Servicios de la Ciudad de la municipalidad de Punta Hermosa. Personal de serenazgo de esa comuna y algunos pobladores cuidaron y alimentaron a varios animales (entre cerdos, ovejas y vacas) que sobrevivieron al desastre.
Además, la comuna ofreció al señor Rivera que se lleve otros chanchitos, pero él solo aceptó los que reconoció como suyos: su cerdita ‘Panchita’ que está a punto de parir y un pequeño chanchito.
Muy emocionado, expresó: "Estamos más tranquilos porque ya tenemos de nuevo con nosotros a nuestros animales. Es una bendición de Dios tenerlos con vida tras ser arrastrados con tanta vehemencia por el huaico".
Así como él, al menos cuatro familias que también se dedican a la crianza de animales pero los perdieron por el huaico, expresaron su felicidad por recuperar parte de lo perdido.
VIVÍAN DE LA CRIANZA DE ANIMALES
Desde hace algún tiempo, la familia Rivera Chamorro vivía en Punta Hermosa y la crianza de animales era su sustento . Pero el huaico sepultó su casa y su corral, y en esa misama avalancha de lodo y piedras se levaba a la pareja de esposos y arrastró también a sus animalitos.
Unos vecinos consiguieron salvar al esposo de Evangelina, pero ella seguía atrapada por la corriente, aunque con tremenda voluntad y sacando fuerzas de donde ya no las tenía, milagrosamente logró sobrevivir y –como si se tratase de una película- las imágenes registraron cómo emergió por sí misma del lodo.
Las imágenes han dando la vuelta al mundo, causando asombro y admiración por su coraje ante la terrible adversidad. Se ha convertido en símbolo de lucha de miles de peruanos afectados por los huaicos y desbordes en nuestro país.
"Ya no tenía fuerza ni siquiera para respirar. Yo le pedí a Dios que no quería que mis hijas se queden sin madre y sin padre", expresó ayer, al ser dada de alta en el Hospital María Auxiliadora, aunque todavía continúa un proceso de recuperación.