Con un nuevo corazón que late fuerte está Araceli, una niña de 11 años que se salvó de morir gracias a un donante y al exitoso trasplante realizado en el Instituto Nacional Cardiovascular (INCOR) de EsSalud.
Una miocardiopatía dilatada (el músculo cardiaco se vuelve débil y alargado, por lo que el corazón no puede bombear suficiente sangre) le impedía caminar, comer y hasta dormir con normalidad. Su salud se deterioraba rápido.
Dejó el colegio y su única alternativa para vivir era un trasplante cardíaco. Ingresó a lista de espera y tras medio año pudo conseguir la donación del órgano y fue operada.
Tras casi dos meses de estar internada, Araceli evoluciona bien, ganó 7 kilos de peso y ha sido dada de alta. “Está recuperada, solo tiene que seguir sus controles médicos”, explicó el médico Franz Soplopuco, coordinador quirúrgico de trasplantes del INCOR.
Emocionada, Karina Zelada, la madre, contó: “Mi familia está feliz. Mi niña ya come bien, no se levanta con dolor, juega, corre, ya no se cansa. Le damos gracias a Dios, a los doctores, enfermeras y técnicas. Es un milagro”.