Vilma Parra se ganó el título de ‘La reina de los calzados’ por su exitosa carrera empresarial. Sin embargo, pocos saben que creció en extrema pobreza, pasó hambre y muchas necesidades, pues lo poco que ganaba su madre y su abuela, como ambulantes de frutas y verduras, no alcanzaba para el hogar.

Cuando cumplió 8 años, Vilma empezó a vender verduras y era tan buena que a los 14 tuvo su propio puesto. Años después se casó, se compró un departamento y un carro, pero esta alegría no duró mucho, pues su hija sufrió un accidente y decidió vender todo. Tuvo que regresar a la calle como ambulante, donde conoció a una persona que le dejó zapatos a consignación, los cuales salieron como ‘pan caliente’. Se formalizó, abrió su primera tienda en Jesús María y ahora es la dueña de una de las cadenas de zapaterías más grande de Lima.

Hemos leído su historia y es muy fascinante, ¿de dónde cree que surgió su espíritu emprendedor?

De la necesidad, mis padres eran muy pobres. Mi madre y mi abuela vendían verduras y frutas, de ellas aprendí.

Usted cuenta que un señor le dio para vender unos zapatos Hush Puppies, ¿qué sintió en ese momento?

Me sorprendió mucho. Pensé que era Dios porque en esa época pasaba por una depresión, mi hija se había quemado, así que tuve que vender todo lo que había conseguido (carro y departamento), además volví a salir a la calle como ambulante.

¿Por qué decide dedicarse a los zapatos y no continuar con las verduras que le iba muy bien?

La ganancia vendiendo frutas y verduras era poca, cuando me metí en el calzado de damas me di cuenta que se ganaba muy bien.

¿Estudió algo para sacar adelante su negocio o todo lo que sabe lo aprendió en la calle?

Todo lo aprendí de manera empírica. Siempre me gustó innovar. Vendía en tres metros de pista y la hacía parecer como una pasarela, también hice una casa en un triciclo donde ofrecía mis zapatos.

Su primera tienda fue en Jesús María y ahora ha crecido, ¿cuál es su secreto?

Hago las cosas bien. No engaño a mis clientes, investigo sobre mis productos. Trabajo el autoservicio: el público viene y se lleva lo que les gusta, no tengo vendedoras.

Hay muchos emprendimientos que han fracasado, ¿cuál es el secreto para tener éxito?

Hay momentos buenos y malos, pero así es la empresa. Se debe guardar ‘pan para mayo’, además es importante fidelizar al cliente.

Todos cometemos errores, haciendo una retrospectiva de su vida, ¿qué cosas no volvería a hacer?

No supe separar mi vida familiar con el trabajo, mis hijos me reclamaban. El trabajo, cuando nos gusta, nos absorbe.

¿Todo lo que ha logrado es por usted misma o se lo debe a alguien?

Mi socio es Dios. Estoy eternamente agradecida a mi capital humano y mis ganas de querer de dejar de ser pobre.

Los emprendedores siempre tienen sueños, ¿en qué sueña?

Desde hace 15 años sueño que mis hijos traspasen las fronteras, que pongan zapaterías en Estados Unidos y en Brasil, que continúen…

Cuando era niña soñaba con comer pollo a la brasa, he leído que el fin de semana les daba 10 soles a sus empleados para que vayan a comer. ¿Cómo es el trato con ellos?

Ellos son como mis hijos. Cuando contrato busco gente pacífica, que quiera aprender y tenga un buen corazón. Ellos me dicen ‘mamá’.

¿Qué cree que es más importante, la idea o el capital?

Pienso que son las ganas de querer hacer algo bien.

¿Qué características tienen sus calzados?

Al cliente no le sudan los pies. Mis zapatos son firmes, cómodos y exclusivos, porque he creado hormas especiales para el pie de la mujer peruana.

¿Qué tan importante es formalizarse?

Para mí, fue muy duro. Antes empujaba mi carreta, vendía en la calle con el sol y el frío, pero luego de ser desalojados por el señor Andrade, a quien agradezco, porque tuve que buscar un local para vender, aprendí sobre contabilidad. Con esto se me abrieron muchas puertas.

¿Qué hace con el dinero que gana?

Lo gasto en comida (risas), lo invierto en comprar nuevas tiendas.

Si le pido un referente empresarial, ¿quién sería?

Los Wong. Ellos cambiaron el servicio en el Perú.

¿Qué consejo les daría a los jóvenes emprendedores?

Nunca dejen su negocio a otras personas cuando recién empiezan, ahorren y sigan estudiando. Nunca esperé nada del gobierno, así que no se dejen llevar por la crisis, porque somos nosotros quienes hacemos patria.

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