En estos últimos años, el nombre de Miguel Valladares salió del anonimato tras el éxito de las películas ‘Asu Mare’, ‘A los 40’, entre otras. ‘Micky’, como lo llaman sus amigos, creció en el distrito de Los Olivos, donde tiene muy gratos recuerdos junto a sus dos hermanos que ayudaban a su madre en un restaurante muy conocido en la zona. Cuenta que sus padres se divorciaron, y su mamá se fue a trabajar a Francia. Allí empezó a escribir su historia…
Tus padres son de Áncash, ¿por qué decidieron venir a Lima?
Supongo que fue por la migración que hubo en ese momento. Mi padre estudiaba Odontología y quería tener una carrera profesional, y mi madre estaba afanosa por sacar adelante su cocina.
Sé que de niño trabajaste duro en el restaurante de tu madre…
Mis hermanos y yo atendíamos a clientes que llegaban al restaurante ‘Rumi Rumi’ (piedra sobre piedra), era chévere, estuvimos trabajando aproximadamente 10 años.
¿Por qué tu mamá decide irse a trabajar a otro país?
Mis padres entraron a un negocio que no conocían y nos fuimos a la ruina. Se divorciaron y mi madre decidió irse a trabajar a Francia, fue la etapa más triste.
La gente sabe que eres dueño de ‘Tondero’ y que has hecho películas, pero pocos saben que empezaste desde abajo…
Caminaba por mi colegio en Salaverry y vi un anuncio para ser voluntario y ayudar a los damnificados del fenómeno de El Niño, luego formé parte de ‘Hola Chola’ de Ernesto Pimentel, pasé a ser asistente en otro programa, pasamos luego a Canal A, no me pagaban pero me gustaba mucho estar detrás de cámara, estudié Publicidad, hacía videoclips y no paré.
¿Por qué ‘Tondero’?
En publicidad aprendí que uno tiene que crear una marca con identidad propia. Tondero es una palabra peruana, de un baile que habla sobre el cortejo de las aves, se me vino a la mente que volaban por el cielo, y eso quería yo: volar.
¿Cómo es que decides abrir una empresa para representar artistas?
Cuando viajé a trabajar a la producción de los MTV Latinoamérica en México, descubrí otro mundo. Uno no hablaba directamente con el artista porque estaba su manager o representantes que se encargaban de velar por el actor, hacerles una plataforma y gestionarles el talento. Decidí armar una agencia en Perú y ahora vemos eventos, campañas publicitarias, ficción, cine…
¿El primero a quien representaste fue a ‘Cachín’?
Ya había trabajado con él en ‘La Gran Sangre’, le conté que haría una agencia para representar artistas, y me dijo para producirle ‘Asu Mare’, el espectáculo, y luego se fueron sumando otros.
Comentas en tus entrevistas que antes de crear ‘Tondero’ había mucha informalidad con los artistas, ¿cómo los ves ahora?
Ha cambiado de diferentes formas. El representante ahora ve la negociación, contrato, derechos, pagos, redes sociales, administración, contabilidad, todo, con el fin de que la actuación sea su carrera de vida.
¿Tu gran logro podría decirse que es ‘Asu Mare’?
‘Asu Mare’ es importante en mi carrera porque me tracé hacer una película que compita con las de Hollywood. A nivel de taquilla, es un logro empresarial. También está ‘Magallanes’ que me está dando logros, como el de ir a los Premios Goya.
Ahora eres representante de Paolo Guerrero, ¿cómo llegaste a él?
Una amiga me comentó que Paolo estaba buscando un representante, él todavía jugaba en Alemania, y quería contactarse conmigo. Al inicio yo estaba incrédulo, pero me agregó al Skype y quedamos para conversar por ahí, me puse nervioso, pues era el verdadero, y desde entonces somos como hermanos. Yo soy el padrino de su hijo.
Tu trabajo es agotador, ¿en algún momento quisiste ‘tirar la toalla’?
No. A pesar de que en un proyecto perdí mucho dinero, tuve el apoyo de la gente con la que trabajo, ellos han sido mi sostén.
¿Por qué dices que eres emprendedor?
Me gusta esa etiqueta; lo mío ha sido el espíritu soñador, el haber crecido en un barrio y cómo se dieron las cosas para que nazca ‘Tondero’. Piso tierra y ¡sigo siendo el mismo Miguelito de siempre!
Tú que estás metido en la producción y en el arte, ¿es rentable para que otros chicos puedan incursionar en este negocio?
La gente puede cumplir sus sueños y trabajar durísimo. No es un camino fácil. Deben encontrar una motivación porque será su gasolina para no desfallecer.