Pablo Guerrero, emprendedor del mundo textil, que logró posicionar su marca como una de las mejores con sacrificio y mucho trabajo. (Fotos: Trome/Andrés Cuya)
Emprende Trome: ‘Grupo Sydney’ y la historia de éxito de Pablo Guerrero, su dueño [ENTREVISTA Y VIDEO] - 1

En la aldea Pueblo Libre de la provincia de Huaylas, en Áncash, nació Pablo Guerrero, quien se siente muy orgulloso de ser quechuahablante y ayudaba a su padre en los quehaceres de la chacra.

Su sueño siempre fue estudiar, por eso arriesgó todo y decidió venir a Lima para trabajar como empleado, donde lo trataban mal. Pero un día su vida cambió, tras encontrarse con su primo, quien lo llevó a trabajar en su taller de confección.

Don Pablo dice que por necesidad vendía como ambulante ropa con ‘yaya’, y le fue muy bien. Hoy es dueño del ‘Grupo Sydney’, con una planta en Los Olivos, tiene 12 tiendas, exporta a Estados Unidos, Alemania y Australia.

¿Qué tan difícil fue para un provinciano llegar a la capital en busca de sus sueños?

Tenía un poco de temor llegar a una ciudad con un idioma diferente, porque estaba acostumbrado a vivir en la chacra rodeado de mis animales, pero yo quería trabajar y estudiar para ser mejor.

¿En qué trabajó?

Llegué como muchacho de limpieza en una casa de Barranco, donde recibí maltrato, por un milagro encontré a mi primo, quien me llevó a su casa donde me dio comida, un lugar para dormir y lo ayudaba en su taller de confección.

Así se involucró en el mundo de la confección…

Yo siempre quise coser, pero tenía la necesidad de comer, así que empecé a vender ropa de segunda con ‘yaya’, me paseaba por todos los mercados y fui ganando clientes. Desperté mi habilidad como vendedor.

¿Y cómo fue que decide independizarse e iniciar su propio negocio?

Mi amigo Narciso Vidal, un costurero, me dijo que yo debía juntar las dos cosas que sabía hacer muy bien, vender y coser. Me convenció y compré dos máquinas de segunda.

¿Recuerda dónde empezó?

Mi primer tallercito fue en el jirón Áncash, en San Martín de Porres, ahí tenía una mesa, mi máquina y mi cama al lado, luego me mudé al jirón San Martín.

¿Por qué le puso a su empresa ‘Sydney’?

Me invitaron a Australia y me llamó la atención cómo se maneja ese país, y en agradecimiento bauticé a mi marca con ese nombre.

¿Es verdad que usted mismo iba a vender su propia marca en las calles?

Sí, visitaba las tiendas de Gamarra para vender mis productos, era difícil convencer a los clientes, yo les mostraba el acabado y les decía que toquen la tela para que vean que era de calidad.

¿Cuántos diseños elaboran?

Las marcas ‘Caraz’ y ‘Sydney’ tienen entre 700 a 800 modelos de ropa interior blanca de algodón, además de pijamas, ropa para bebés y prendas con estampado.

¿Cuántas personas trabajan en su empresa?

Cerca de 200 colaboradores.

⇒ [LEE ESTO]

¿Dónde fue su primera tienda y cuántas tiene ahora?

En 1984 abrí mi primera tienda en Gamarra y ahora tengo 12 puntos de ventas.

¿Con qué materia prima trabaja?

El algodón tangüis.

¿Qué diferencia sus productos con los demás?

La calidad.

Muchos empresarios se quejan de que el Estado no apoya a los emprendedores, ¿usted qué piensa?

Uno no puede depender del Estado, si quiere salir adelante debe hacerlo por sí mismo y afrontar las dificultades.

¿Qué piensa de los productos chinos?

Son malos, están en todos lados, lo que debemos hacer es dar una mejor calidad en los productos, así podremos sacarle ventaja.

⇒ [LEE ESTO]

¿Cuáles creen que son las claves de su negocio que lo han hecho exitoso?

La calidad e innovación con las que obtuve confianza y credibilidad de mis clientes, buen ambiente porque pedimos sugerencias anónimas a los empleados y variedad en los diseños.

¿Qué consejo le daría a los emprendedores?

Así como dijo Thomas Alva Edison: ‘Hay que trabajar 98% con 2% de inspiración’. Todo lo que quieran hacer se puede, solo es cuestión que quieran hacerlo.

Si te interesó lo que acabas de leer, puedes seguir nuestras últimas publicaciones por , , y puedes suscribirte a nuestro newsletter.

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC