Doña Carmencita nació con vena emprendedora y sueños sin límites. Creció entre fierros y bolsas de cemento, viendo a sus padres sacar adelante una ferretería. Más tarde siguió los pasos con su propio negocio, que se ha consolidado con el apoyo incansable de su esposo y convertido hoy en motivo de orgullo familiar.
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La travesía empezó en 2004, en un pequeño local alquilado, con pocos productos y sin el respaldo de proveedores. La pareja se levantaba a las 5 de la mañana para comprar y cargar materiales: fierro, ladrillos y cemento. ‘A veces quería llorar, pero no importaba, seguíamos’, relata la mujer, que nunca se rinde.
Un año más tarde se mudaron a un local más grande, donde entraron todas las ideas de Carmen, quien además decidió estudiar Contabilidad en la universidad para garantizar el éxito del negocio, demostrando que había heredado la fortaleza de sus padres.
GUERRERA
“Un día llegó un tráiler con cemento. Nosotros nos miramos y dijimos: ‘¿cómo vamos a vender todo eso?’ Lo veíamos imposible, pero a la semana ya no teníamos nada”, recuerda la mujer de espíritu guerrero.
Con el esfuerzo como pilar principal, el negocio creció, aunque no estuvo exento de errores ni temporadas difíciles. Aun así, la pareja supo mantenerlo a flote con la ayuda de un equipo comprometido.
Ferretera doña Carmencita nos cuenta su historia de éxito. Foto: Adrián Zorrilla.
Para Carmencita, ser puntuales, dar facilidades al cliente y ofrecer productos de calidad son puntos claves que le han permitido posicionar su ferretería. ‘Me preguntan por un producto y no puedo decir que no hay. Acá encuentran de todo y, si no es así, lo consigo de donde sea’, asegura con determinación.
Progresol también ha sido un gran aliado de esta emprendedora, brindando charlas y merchandising para los maestros de obra y clientes fieles. ‘Estoy muy agradecida’, comenta la madre de familia, que jamás imaginó que aquella idea inicial se convertiría en el sustento de toda su familia.
Hoy, Carmen mira atrás con gratitud y hacia adelante con esperanza, y señala que los grandes sueños se construyen paso a paso.
Tips para llevar la contabilidad de tu negocio
Llevar las cuentas en orden es clave para que tu negocio crezca sin tropiezos. No necesitas ser contador para hacerlo bien, solo aplicar algunos hábitos sencillos que te ayudarán a controlar tus ingresos, gastos y ganancias.
1. Separa las cuentas
Nunca mezcles el dinero de la ferretería con tus gastos familiares. Abre una cuenta bancaria exclusiva para el negocio y así sabrás con precisión cuánto estás ganando.
2. Controla tu inventario
La mercadería es el corazón de una ferretería. Haz conteos periódicos de clavos, pinturas, herramientas y demás productos para saber qué se vende más y qué queda almacenado.
3. Registra ingresos y gastos diariamente
Llevar un control diario de lo que entra y sale es clave. Apunta todas las ventas, incluso las pequeñas, y cada gasto relacionado con la ferretería.
4. Guarda comprobantes y documentos
Conservar boletas, facturas y comprobantes de compra es fundamental. Además de demostrar formalidad ante los clientes, estos documentos te servirán para llevar un registro detallado.
