Día de Todos los Santos: Histórica Santa Misa en la Plaza Mayor de Lima conmemoró a fallecidos por el coronavirus en Perú

Una sentida e histórica Misa por el Día de Todos los Santos y en memoria de los fallecidos por el coronavirus realizó anoche Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima, junto a los Obispos titulares y auxiliares de las Diócesis de Chosica, Carabayllo, Callao, Lurín y Lima.

La Plaza de Armas de LIma, sin público, estuvo iluminada con velas y la fachada de la Catedral de Lima tuvo  la imagen del Señor de los Milagros y de los santos peruanos. También se proyectaron más de 10 mil fotografías de las víctimas del Covid-19, enviadas por sus familiares.

Entre ellas se vio a se vio a Adolfo Mamani (el esposo de la señora Celia Capira, en Arequipa, quien corrió tras el presidente Martín Vizcarra pidiendo ayuda), también a Mario Romero, el ‘ángel del oxígeno’; al padre Miguel Ángel Simón, al camarógrafo Mario Bucana, entre muchos más que perdieron la batalla contra el coronavirus.

El sonido de pututos (instrumento de viento andino) acompañó la proyección, pero sobre todo la unión espiritual y el deseo de darles una despedida digna. Es así que creyentes e incluso no creyentes se unieron a la Misa televisada, realizada por el Día de Todos los Santos y para honrar a nuestros fallecidos por la pandemia, que suman más de 34 mil.

BOMBEROS, ENFERMEROS, POLICIAS, MILITARES,...

“Es una ceremonia especial, sin fieles. Es importante mantener los protocolos y tener gesto de solidaridad y acompañamiento a las familias que han perdido a sus seres queridos (…) Nos han llegado fotos de bomberos, enfermeros, policías, militares, niños”, dijo Juan José Dioses, director de Comunicaciones del Arzobispado de Lima.

EN QUECHUA Y SHIPIBO

La Misa tuvo participación de la comunidad quechuahablante y shipiba, con el canto del salmo y la lectura del Evangelio, en sus idiomas nativos. También se escuchó el Wañuy Pacha, canto fúnebre en quechua.

“Hemos pasado meses en que hemos llorado, en que hemos sufrido, en que el hambre y la sed de justicia han sido muy grandes, pero el Señor nos vuelve a decir que hay razones para sentirnos consolados, hay motivos para que, en medio del hambre y la sed de justicia que tenemos, quedemos saciados”, expresó Monseñor Castillo al comentar el Evangelio de Mateo.

Añadió que en esta Fiesta de Todos los Santos también se decidió celebrar a los difuntos, especialmente a todos “los que nos ha dolido no poder enterrar, los difuntos que han sufrido la pandemia y por quienes todos sufrimos” y a los que han acompañado a nuestros enfermos, “a ellos también queremos celebrar hoy”, dijo. Asimismo, Monseñor Carlos Castillo pidió por todas las personas afectadas por la enfermedad.

MESES DE APRENDIZAJE

En la Homilía también sostuvo que estos meses no han sido fáciles sino “un aprendizaje tremendo, porque teníamos entre nosotros una visión de las cosas en donde lo único que había era poder, arrogancia, ganancias ilimitadas e incapacidad de comprender al otro. La pandemia le ha dicho, con toda claridad al sistema en el cual vivimos, que no es posible continuar ufanándonos del poder y del dinero cuando existen los últimos de la tierra que son maltratados, y que es la mayoría de la humanidad”.

La Santa Misa finalizó con la bendición para todos. También, como un símbolo de fe, el Arzobispo de Lima junto a Monseñor Norberto Strotman; Monseñor Robert Prevost, el Padre Amadeo Raymi (en representación de Monseñor Carlos García); Monseñor Lino Pannizza; y los Obispos Auxiliares, Monseñor Arturo Colgan, Monseñor Ricardo Rodríguez y Monseñor Guillermo Elías, bendijo con incienso y agua bendita a las más de 10 mil fotos proyectadas de los fallecidos por coronavirus.

SEPA QUE:

*En junio, dentro de la Catedral de Lima, se ofició una Misa con 6 mil 500 fotografías de personas fallecidas por Covid-19.

*También la misa del Jueves Santo fue dedicada a las víctimas del coronavirus y a todos los que cuidaron de nosotros en hospitales y en las calles, durante la cuarentena, incluso a riesgo de sus vidas.

*Monseñor Castillo destacó que la felicidad se da cuando tenemos en cuenta a los que sufren, a los que lloran, a los enfermos, a los encarcelados, a las mujeres maltratadas, a los migrantes, a los marginados.

*"Estamos llamados a irradiar la presencia de Jesucristo en el mundo, con un proceso de hermandad, con actitud de apertura y de bondad", expresó el Arzobispo de Lima.