Siento miedo. Eso es normal. Bueno, simplemente deja que pase. No creo que vaya a pasar. Entonces hay un problema, porque el miedo como la tristeza deben tener un tiempo de caducidad. ¿Tiempo de caducidad? Me refiero a que tienes derecho a sentirte mal, pero trata de que no te afecte mucho rato. Esta incertidumbre me tiene así. Todos estamos igual que tú, con mil preguntas en la cabeza, pero ¡vamos! Esto no durará para toda la vida. ¿Y cómo sabes que no durará toda la vida? No sé. Puede ser fe, intuición, no sé.
Es cuestión de historia, no es la primera pandemia que sufrimos, ahí tienes a la peste negra, la viruela, la gripe española, el cólera o el VIH, hemos sobrevivido a todas ellas. ¿Entiendes? ¿Estás seguro de que no nos pasará nada? Por supuesto que no nos pasará nada, confía en mí. No sé, el miedo a que mamá, papá o tú se mueran no me deja dormir tranquila. Todo el mundo se está muriendo. Entiendo, pero debemos continuar, con miedo o sin miedo, debemos continuar.
Mamá dice que lo mejor es encomendarnos a Dios, que debemos rezar, que debemos arrepentirnos. Si encomendarte a Dios te alivia, pues hazlo. Puedes rezar, leer la biblia, cantar, lo que sea, pero quítate esa tonta idea de la cabeza. Empezaré rezando. Rezaré por ti, por mis papás, por nuestros abuelos, por nuestros tíos, por nuestros primos, por nuestros amigos. Si esto es un castigo divino, seguramente Dios se apiadará, ¿No? Tal vez, quién sabe. Pero si Dios es amor, ¿por qué permite todas estas calamidades? Es lo que la humanidad se ha preguntado durante siglos. ¿Tú no quieres rezar conmigo? No. ¿Por qué? Porque yo no creo en Dios. Mamá se va a molestar si se entera. Ya lo sabe.
John, pero todos creemos en algo, ¿tú no crees en nadie? Ya te dije que no. ¿Y cuando tienes miedo a quién te encomiendas? A mi familia, a ustedes. ¿A nosotros? Mira, si Dios es eso que te empuja a ser una mejor persona, que te alivia en tiempos difíciles, que te salva de la tristeza o del miedo, pues entonces Dios es mi familia, o sea ustedes. ¿Ahora sí entiendes? Algo. Si rezar te hace bien, no dudes en hacerlo. Pídele que nos cuide, que cuide a mamá, a papá, a los abuelos, a todos, y si te alcanza tiempo pregúntale por qué hace todo esto. Oye, no digas eso, es ofensivo. Perdón, entonces solo reza y pídele que nos cuide. ¿Y si no funciona? ¿Si igual mamá o papá mueren? ¿Si ya no hay más futuro? ¿Si Dios no me oye? Y si… ¿Acaso no confías, acaso no tienes fe? Si vas a rezar sin fe, mejor no lo hagas. No es eso, ya sabes, tengo miedo. Tal vez ni Dios pueda ayudarnos. Bueno, y si no puede ayudarnos, pues al menos lo habrás intentado y eso es algo.