El régimen comunista de Corea del Norte, con su dictador Kim Jong-un a la cabeza, volvió a lanzar una nueva amenaza a su enemigo Estados Unidos, al advertir que podría ‘desaparecer por completo’ el distrito metropolitano de Manhattan, el corazón de Nueva York, con una poderosa bomba de hidrógeno ajustada a un misil balístico intercontinental.
“Nuestra bomba de hidrógeno es mucho más grande que la desarrollada (antiguamente) por la Unión Soviética. Si esta bomba H llegara a ser montada en un misil balístico intercontinental y cayera en Manhattan, todas las personas morirían inmediatamente y la ciudad quedaría reducida a cenizas”, indicó el medio estatal de Corea del Norte DPRK Today, citando a Cho Hyung II, un científico local.
Según una misiva de Kim Jong-un, la bomba de hidrógeno de la Unión Soviética fue tan potente que destruyó los vidrios de edificios ubicados a mil kilómetros. Además, el calor que irradiaba era tan terrible que podía causar en las personas ‘quemaduras de tercer grado’, a una distancia de 100 kilómetros.
Esta arma ‘es consecuencia’ del perfeccionamiento en el plan ‘intercontinental de misiles balísticos’ de Corea del Norte, una seria amenaza para la integridad de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, así como para el resto del mundo.
Por ello, Naciones Unidas aplicó hace poco severas sanciones a Corea del Norte; y la vecina Corea del Sur tomó precauciones militares.