Abel Ortiz es un peruano, trabajó en varios restaurantes de prestigio en nuestro país, y desde hace siete años vive en Hong Kong donde tiene comiendo de sus manos a todos los asiáticos con el tradicional pollo a la brasa y el cebiche. El joven cocinero está entre los primeros del ranking de la mejor comida en la ciudad y alista un nuevo restaurante con cachangas y sánguches al estilo del Perú.
El chef cuenta que creció en el Callao, estudió en el colegio 2 de Mayo y a los siete años tuvo que mudarse junto a su familia a San Felipe en Comas, pues su madre había fallecido. Estudió cocina en D’ Gallia, luego trabajó con Jaime Pesaque en Mayta, tuvo la oportunidad de ir con otros colegas a Uruguay para laborar durante la temporada de verano.
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“Yo sabía que era mi oportunidad para agarrar un nuevo contrato e ir a otro país y le dije a mi hermana que Uruguay seria mi trampolín), refiere.
Luego de estar un tiempo en este país, Jaime Pesaque le dice para que se vaya a trabajar a Hong Kong, su corazón estallaba de alegría porque era el sueño esperado, llegó sin hablar inglés y lloró muchas veces porque estaba sin su familia en un país lejano y sin poder comunicarse por el idioma.
Su local se llama ‘ChullsChick’, Chulls que significa amigo y Chick que es ‘pollo’. Su propuesta es un restaurante peruano y pollería, y durante meses estudió al comensal asiático quien está acostumbrado a la comida más suave que no sea tan agresiva, pero que sea rica, así que adaptó los sabores y los conquistó por completo a su público.
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Él dice que los platos que tienen más demanda son el cebiche, el pollo a la brasa, los tamales, la parrilla peruana, pan con chicharrón, causa de pescado, las empanadas y la infaltable chicha morada. Su local para repleto de gente todo el tiempo, por lo que ha decidido abrir otro local.
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Su negocio estuvo parado desde junio del 2019 por las protestas en Hong Kong, luego apareció la pandemia y no le quedó de otra que crear nuevas alternativas con conceptos familiares de ‘Takeaway’ (para llevar). Ahora todo va ‘viento en popa’, trabaja todos los días y a veces descansa los domingos.
“Ya tengo una vida aquí, me casé y tengo un hijo. Estoy feliz con todo lo que estoy viviendo, porque trabajo en lo que me gusta, he traído un pedacito de mi Perú a Hong Kong y recibimos a latinos, peruanos y muchos asiáticos que aman lo que les cocino”, detalla.
Abel abrirá dentro de poco su nuevo proyecto que será mas casual, mantendrá el pollo a la brasa, tendrá sanguches, cachangas, croquetas y mas productos cien por ciento peruanos.