
Parte del malecón La Herradura, en Chorrillos, se vino abajo la mañana del martes tras recibir una paliza directa del mar. El fuerte oleaje que reventó con furia contra la costa provocó el colapso de un tramo del muro, derribando también barandas metálicas y un poste con cables eléctricos e internet. Afortunadamente, no hubo heridos, pero el susto y el riesgo quedaron flotando en el aire.
El incidente ocurrió cerca del mediodía, justo cuando el sol estaba en su punto más alto y algunos vecinos disfrutaban del paisaje desde el mirador.

De pronto, un estruendo sacudió la zona: cinco losas del malecón se desprendieron y se desplomaron, llevándose consigo parte de la infraestructura y dejando el poste inclinado como torre a punto de caer.
“Esto ha sido por las filtraciones del mar. El agua va entrando por abajo y el concreto se debilita. Ya no resiste más y pum, se cae”, explicó el coronel (r) Joel Valdivia, subgerente de Gestión de Riesgos de la Municipalidad de Chorrillos.
EL MAR ATACÓ EN SILENCIO
El daño no fue producto de un solo golpe. Según los especialistas, el mar hizo su trabajo en silencio: el oleaje constante fue filtrándose por debajo de la estructura, debilitando la base hasta dejarla en estado crítico. Bastó un empujón más fuerte de las olas para que todo se viniera abajo.
El poste de alumbrado, que además tenía cables de internet, quedó fuera de servicio y ladeado, como si hubiera recibido un empujón del mismísimo Poseidón. La municipalidad, al ver el peligro, no se quedó de brazos cruzados.
ZONA CERCADA Y TRABAJOS URGENTES
De inmediato, la zona fue aislada con cintas de seguridad y agentes de serenazgo vigilan que ningún curioso se acerque. Aunque el tránsito vehicular no fue interrumpido, se recomienda andar con cuidado. El resto del malecón sigue operativo, pero con advertencias visibles.

“El mantenimiento es constante, pero es difícil detectar filtraciones subterráneas. Lo bueno es que no hubo víctimas, pero hay que actuar rápido”, añadió Valdivia.
La Municipalidad de Chorrillos anunció que este miércoles se iniciarán las labores de reparación, con apoyo de maquinaria pesada y personal técnico. La chamba incluye limpieza de escombros, evaluación de daños, reposición del poste y reconstrucción de las barandas.
Por ahora, el llamado es a la prevención y a reforzar las estructuras expuestas al mar. El oleaje no avisa, pero cuando llega, arrasa sin piedad.











