A partir de una denuncia realizada por un grupo de vecinos de la calle Santa Leonor de Chorrillos, la Policía intervino este jueves a los integrantes de una presunta secta religiosa que se encontraban encerrados desde hace varios días en una casa.
Aparentemente, los miembros de esta secta estaban esperando el fin del mundo y por ello se recluyeron en esta vivienda de Chorrillos para dedicarse todo el día a oraciones. Entre ellos se encontraban dos adolescentes y un bebé de solo ocho meses.
Lo agravante del asunto es que dentro de su plan se incluyó en un momento alimentarse solo de agua, sal y uvas, lo cual perjudicaba especialmente a los menores captados. Según narró una vecina de Chorrillos, el agua y sal la consumían regularmente para “evitar que los cuerpos apesten”.
Asimismo, se descubrió que dentro de la propiedad usada por la secta habían excavaciones, lo cual llamaría la atención sobre las oscuras intenciones que habrían tenido los líderes de la secta o cual habría sido el ‘fin del mundo’ que estaban esperando en Chorrillos.
A la vez que se rescató a los menores en Chorrillos, también se detuvo al supuesto cabecilla, un nepalí que permanecía de forma ilegal en el país tras llegar junto a su pareja peruana.
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